Y es que la ropa de verano del año anterior, guardada encoge. Es lo que hay.
Allí estaba yo, con música de fondo para hacerlo más llevadero; Frente a mí tenía el montón de la ropa que me cabe y el montón de los imposibles.
-Buaff, este año me la pongo, pero lo mismo dije el año pasado y el otro.
Así que en un arrebato dije -se acabó, fuera sufrir!
Y bajé al contenedor y deposité con todo el dolor de mi alma 3 bolsas llena de ropa.
Estoy segura que si la hubiera mirado un segundo más estaría guardada en el altillo otra vez.
En fin, ahora toca otro suplicio para mí , ir de compras. Odio ir de compras. Pero peor es mentirse a uno mismo. Hay que sacar valor!!