Es una habilidad de carácter evolutivo, que nos permite ponernos en el lugar del otro, damos a entender que lo estamos haciendo a través de nuestra escucha activa, comprendiendo sus sentimientos, mostrando interés por la información que nos ofrece.
No es necesario compartir las mismas experiencias para entender mejor a los que nos rodean, sólo captar los mensajes verbales y no verbales que nos transmiten las personas y que se sientan comprendidas.
Ventajas:
Los demás sienten que alguien se preocupa por ellos, permite que ellos se sientan bien al poder compartir sus sentimientos y tú también, al sentir que has podido ayudar a alguien, esto permite reforzar el vínculo entre ambas partes.
Te enriqueces de experiencias de otras personas, aprendiendo de ellas.
Facilitas establecer nuevas relaciones y mejorar las relaciones anteriores.
Haces menos daño a la gente cuando te comunicas porque comprendes lo que sienten y adecuas tu comunicación verbal y no verbal.
Favorece el desarrollo personal y adaptación emocional.
Fortalece la autoestima de la persona.
Se ha comprobado que los niños más empáticos son menos agresivos, tienen mayor facilidad para expresar sus sentimientos.
Si no desarrollas esta capacidad entiende que:
Las personas no compartirán sus sentimientos y pensamientos, dará lugar a que te sientas solo y percibas que la gente no quiera contar contigo.
Por ende, los demás no te escucharan a ti.
Dificultará crear vínculos fuertes y estables.
Tendrás dificultades para poder ayudar a otros y entender la estructura de las relaciones interpersonales.
Dificultará tu comunicación y exteriorización de lo que te ocurre porque creerás que nadie es capaz de comprenderte.
Hay que considerar que:
Los niños empiezan a desarrollar la empatía desde pequeños, pero el mayor auge es entorno a los 10 años, dependiendo del desarrollo del menor.
Los progenitores van a ser la principal figura de referencia para empezar a establecer la base del aprendizaje, a través de la observación directa.
PRÁCTICA:
– Enseña como hay que escuchar a los otros.
– Cuida tu comunicación verbal y no verbal.
– Trasmite tus propias emociones y pensamientos.
– Adáptalo al momento en el que se desarrollan.
– Debate para crear la base de la comunicación, respetando el turno de palabra, entre otros aspectos.
¡Comparte tu experiencia!