Para mi suerte tengo dos tías hermosas, mi tía Eva y mi tía Luz Elena que han sido como dos madres para mi, siempre al pendiente, en las buenas y mas en las malas, cuando más obscuro ha estado, no me han soltado, las quiero con todo mi corazón.
El tener dos hijos tan maravillosos me llena por completo, así que se compensa el día.
Todos hablan que las madres son maravillosas porque estamos al pendiente de los hijos, las tareas, la casa, el marido, la comida, en fin que nuestro gran valor se basa en esto, en estar siempre al pendiente, esta bien y es cierto.
Para mi, el ser mamá ha sido un privilegio, un regalo que Dios me ha permitido vivir, mis dos hijos fueron de siete meses, mi hija salió conmigo del hospital y de verdad es la alegría con pies, no hay día que no me ría a carcajadas de todo lo que me dice, es mi complemento, mi reflejo en muchas cosas y veo tanto en su mirada, en su futuro y que esta llena de ilusiones, canta, baila, es buena amiga, en fin que puedo decir yo, los que la conocen saben que es cierto, ser mamá de esta niña es una hermosa aventura, una bendición que la Virgen deposito en mis brazos para que fuera feliz de por vida.
El ser mamá de mi hijo mayor ha sido todo un reto, como ya dije fue de siete meses pero el no salió conmigo del hospital, eso fue el primer gran golpe de mi vida, se quedó más de veinte días y se vio muy delicado, fue todo un proceso poder cargarlo por primera vez semanas después y luego su desarrollo también implicó mucho amor, hoy ya es un joven de 16 años al que admiro muchísimo, todo lo que se propone lo logra y trabaja para que ocurra, es tenaz y muy honesto, leal y sincero, gran hermano e hijo excepcional, insisto soy su madre pero es verdad, el ha sido el primer gran regalo que Dios me dio y que realmente me ha hecho Felíz.
Ser madre de estos dos seres de amor va más allá de una gran responsabilidad, ellos han sido más mis maestros que yo de ellos, me han enseñado lo que es el amor incondicional, el como aprender a cuidar de otra persona sin sentir cansancio, el como cuando no estoy con ellos mi corazón se va y ya no me pertenece, me han enseñado que verlos sonreír me da felicidad y que no tengo porque buscarla en ningún otro lado, me han dado raíces y he regalado alas que empiezan a abrir, he comprendido que sus sueños no son los míos pero que puedo vivirlos como propios, que no son como yo pero como nos parecemos, que mis brazos siempre estarán abiertos y los de ellos también están dispuestos para mi, que las lagrimas no siempre significan tristeza, junto a ellos siempre han sido de orgullo y emoción, todo eso y mas me enseñan día a día, son el mejor libro en blanco que he podido comenzar a escribir y donde ellos tendrán que terminar de hacerlo.
A los 40 se que estoy completa, arropada y bendecida, gracias Dios, gracias vida por entregarme eso precisamente, la vida de mis hijos.
Felicidades a todas las madres que me leen y mil gracias por regalarme su valioso tiempo en este blog.