Como padres y madres, siempre queremos lo mejor para nuestros hijos. Nos ocupamos de su comida, de su salud dental, su vestuario, su educación. Y en verano de su exposición al sol, pero en este caso, no tenemos en cuenta que los ojos de nuestros peques se exponen al sol continuamente sin protección.
Socialmente parece como si los niños que llevan gafas de sol fueran vestidos de grandes, disfrazados y tendemos a los clasificamos como niños “cool” o “hipster”.
Como leía los otros días un artículo muy útil de El País, “Niños hipster, niños saludables” , “La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda resguardar los ojos y la piel de las personas a partir de un índice de radiación ultravioleta 3, lo que representa un riesgo moderado que, en España, se excede durante gran parte del año. Este indicador depende de la intensidad de los rayos UV del sol y refleja, igualmente, la capacidad de la radiación para producir lesiones en la piel.”. También señala que los ojos, como la piel “tienen memoria acumulativa” y por eso es importantísimo el cuidado desde muy pequeños.
Entonces, ¿por qué no empezamos a cuidar los ojos de nuestros peques también?
Consejos a tener en cuenta para comprar gafas de sol
¡NO compremos gafas de juguete! Ir a una óptica y elegir gafas homologadas (con el sello CE “Comunidad Europea”).
La edad ideal es desde que son autónomos, a partir del año, ya que de bebés estamos cubriéndoles y protegiéndoles del sol.
Las gafas de niños están hechas generalmente de policarbonatos y cristales orgánicos que son ligeros y prácticamente irrompibles. Eso sí, no podremos evitar que se rayen.
No te preocupes porque NO se rompen ni harán daño a tus niños.
El índice de protección recomendado para niños es el Nº 3 , son lentes oscuras que absorben gran parte de luz nociva.
Las gafas deben proteger frente a la luz visible y la radiación ultravioleta (UVA y UVB).
Como las de adultos, vienen de pasta o de metal. Lo más recomendable para los niños es llevar monturas de plástico porque durán más, son más económicas y ligeras.
Para los niños con piel sensible, también existen las monturas hipoalergénicas.
Fundamental probárselas, así puede ajustarlas (en el caso que la gafa lo permita).
Dentro de tu presupuesto, déjales elegir algunas opciones para que no sientan que es algo impuesto y se las pongan con alegría.
Puedes ponerle una goma detrás por si se caen pero generalmente si las has probado no será necesario.
Si los niños usan gafas graduadas, lo más sencillo sería adaptar las actuales a cristales que se oscurecen con el sol.
Además de estar protegiéndolos y velando por su salud, los niños se la pasan genial con gafas y se divierten, así que ¡todos contentos!
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