Los padres debemos procurar que los más pequeños de la casa pasen el mayor tiempo al aire libre, y como cada año, cuando el calor empieza a apretar y las radiaciones solares se intensifican, los expertos recomiendan que los niños jueguen y salgan de paseo, pero bien protegidos de las radiaciones solares, protegiendo su piel, su cabeza y sus ojos de los rayos ultravioletas (UV).
Como padres no estamos tan acostumbrados a oír advertencias sobre el perjuicio que los rayos solares pueden causar en los ojos, cuando tienen tanta importancia como en la piel. Las razones para cuidar su vista desde una edad temprana son poderosas, y es que el verano y las vacaciones favorecen en gran medida el aumento de problemas oculares como conjuntivitis alérgica o irritativa (causada por el cloro de las piscinas), cataratas e incluso eritema solar (quemadura provocada por el sol).
Debemos saber que:
- Durante el 1 año, el 90% de la radiación UVA alcanza la retina.
- Antes de los 12 años, el cristalino (la barrera natural que protege la retina) no filtra totalmente la radiación ultravioleta.
- Proteger los ojos del bebé antes del año reduce un 40% el riesgo de dañar su retina.
Para extremar la protección de los ojos de los bebés, ya que está demostrado que más de la mitad del tiempo que pasamos expuestos al sol en nuestra vida se produce antes de los 16 años, lo más aconsejable es poner al pequeño gafas de sol homologadas, evitar una exposición prolongada a aparatos de aire acondicionado y visitar al oftalmólogo.
Consejos para adquirir unas gafas de sol para niños
Para evitar posteriores problemas oculares, además de procurar que el pequeño no mire directamente al sol, es conveniente proteger sus ojitos con unas gafas adecuadas desde los 3 meses de edad.
A la hora de elegirlas, es importante comprobar que:
– A ir a comprar unas gafas de sol para niños es mejor ir a una óptica para adquirirlas, puesto que estos establecimientos garantizan que las gafas cuentan con filtro protector contra los rayos ultravioleta, y que no son simplemente lentes tintadas.
– Es importante comprobar que los cristales solares lleven escritos “100% UV”, lo que garantiza que filtra todos los rayos ultravioletas.
-Busca que las gafas de sol para niños cuenten con la marca CE, que es otra garantía y que indica que el producto cumple con la normativa europea específica para este tipo de productos.
– Debemos tener en cuenta que los modelos de gafas de sol para niños están provistos de una cinta elástica que las mantienen en la posición correcta. Igualmente, es importante que la montura se adapte al tamaño de la cara del niño.
– Normalmente, las gafas para niños son de goma y están fabricadas con materiales atóxicos, para evitar riesgos, en caso de que el pequeño se introduzca las gafas en la boca. Además, no llevan protectores para la nariz.
– En cuanto a los cristales, en general, éstos suelen ser de color marrón, con una tasa de absorción de la luz del 70 al 80%: una lente demasiado oscura podría no ser del gusto del niño.
¿Y si el niño ya lleva gafas correctoras?
¿Qué pasa con las gafas de sol si el niño ya lleva gafas correctoras? En este caso, el niño ya está acostumbrado a llevar gafas, por lo que no tendrá problemas con las de sol.
Hay dos opciones, depende del motivo que el niño lleve gafas (miopía…) se puede unas gafas de sol con su graduación. El problema que habría que ir adaptando las lentes mediante la variación de la graduación de la vista, por lo que suele ser más molesto de ir varias veces al óptico y la molestia de tener que alternar con dos pares de gafas, aunque sabríamos que el niño ve correctamente con estas gafas.
También se puede elegir un modelo de gafas de sol para niños con lentes fotocromáticas, que se oscurecen progresivamente a media que la luz aumenta, combinando las funciones protectora y correctiva.
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