Cuando calienta el sol aquí en la playa (uah, uah), siento tu cuerpo vibrar cerca de mí.... (uah, uah, uha,) lalariro, lalari... ¡Cuándo calienta el sol!!!!!!
Dentro de nada estaremos en la piscina o en la playa (en modo vuelva y vuelta) porque el sol da vida, pero si es con factor de protección. Si no es así, nos la quita.
La protección solar es muy importante porque la piel tiene memoria y todos los rayos nocivos (UVA y UVB) nos va dejando una impronta en la piel a lo largo de la vida. Nuestros niños, con esa piel tan blanca,suave, fina..., tienen más riesgo de quemarse por el sol y puede que hoy pase nada, pero mañana....
Los pediatras recomiendan no exponer a los niños menores de 6 meses directamente al sol, así que se debe evitar llevarlos a la piscina o a la playa hasta que no sean un poquito más mayores. Además los protectores solares no están recomendados en menores de 6 meses.
Cuando hablo de protección no solo me refiero a la crema, sino también de llevar gorra, en ocasiones alguna camiseta de algodón o camisola y gafas de sol.
¿Y que tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir el protector solar? Los filtros, que pueden ser químicos y físicos. Los químicos son los que dan cierta protección. Y los físicos, los que, de alguna forma. hacen que el sol no penetre. Los filtros físicos son, generalmente, oxido de zinc o dióxido de benzoilo y son los causante de parecer un fantasma, con ese color blanquecino que se nos queda en la piel cuando nos aplicamos la crema solar. ¡Sabré yo lo engorrosos que son y lo difíciles que son de aplicar,!! Pero sumando esos filtros físicos a los químicos es como se obtiene mayor protección. Son los más indicados para los mas pequeños
En cuanto al factor de protección (FPS), lo perfecto es que protejan frente a los rayos UVB y a los UVA. Deben ser de un factor de protección lo más alto posible y nunca, nunca inferior a 30
Se deben evitar los parabenos, que son unas sustancias que se utilizan como conservantes, pero que pueden llegar a ser nocivos para los niños.
Se que el olor de los protectores solares nos recuerda a la playa, al verano y al buen tiempo, pero si tu niño es atópico, huye de las cremas con olor.
El protector solar debe aplicarse 20 minutos antes de la exposición al sol porque estas cremas tardan unos 20 minutos en absorberse, por lo tanto en hacer efecto. Además, a efectos prácticos, si lo haces ya en la playa es más que probable que termines teniendo una croqueta más que un niño protegido. Aunque el protector sea resistente al agua es imprescindible volver a echar la crema después del baño y cada 2 horas de exposición.
A la hora de aplicar la crema hay que ser generoso. Es mejor que el niño resbale a que se quede con una fina capa de protector y que se queme. Aquí mejor anguila que gamba.
Evita la exposición del niño al sol en las horas centrales, es decir de 12 de la mañana a las 17 horas, porque es donde el sol incide con mas fuerza y en esas horas es más fácil quemarse.
Y después de estos consejos solo queda ir a la piscina o a la playa y disfrutar.
Estos son algunos consejos que os doy como médico de familia y como mamá, pero recordad que el mejor cuidado ojo es el de una madre. Y la mejor opinión, la del pediatra.
Doctora Sin Zapatillas
(Mi Otro Yo)
¡¡¡FELIZ VIERNES!!!