Después de estar algún tiempo sin publicar, hoy os voy a contar un secreto que me ha reconcomido 11 años. Corría el mes de enero de 2008 cuando hicimos una fiesta sorpresa en casa a mi cuñada Marina. Fue muy divertida y, entre unas cosas y otras, entre mi cuñado Jesús y yo nos bebimos una botella de cava mano a mano. 10 días después me enteré de que estaba embarazada ¡Oh Dios mío! Ya no había nada más que hacer, lo hecho hecho estaba. En el momento que escuché el latido pensé que por una copita (o alguna que otra más) no había pasado nada.
El embarazo transcurrió normal y el 22 de septiembre nacía la Princesa. Guapa, grande y enganchada al pecho desde el primer día. Como la vida te da una de cal y una de arena el 22 de diciembre, el mismo día que la Princesa cumplía tres meses, mi abuela falleció. Fueron unas navidades francamente difíciles y el 31 de diciembre brindé con cava y me terminé bebiendo la copa. Esa noche, evidentemente, la niña mamó y una vez más pensé que por una copita no pasaba nada. Habían transcurrido algunas horas desde la copa hasta que la niña mamó y con eso me quedé tranquila.
Y, como soy de las hago y luego me informo, ahora me doy cuenta de que esas dos copitas eran absolutamente innecesarias y perjudiciales para mi bebé. No pasó nada, pero podía haber pasado. Por eso, voy a aprovechar este altavoz para contaros porque no he sido la única que ha bebido alcohol durante el embarazo/lactancia. Según un estudio realizado recientemente, en España el 42% de las mujeres reconoce haber consumido alcohol durante la gestación en un contexto social. Además, solo entre el 2% y el 3% es consciente de que una sola copa puede ser perjudicial .
Son datos recogidos en la campaña“Porque él bebe lo que tú bebes”, promovida por La Asociación Española de Matronas (AEM) y Cerveceros de España, en la que se trata de concienciar de que el consumo de alcohol en cualquiera de estas las etapas de embarazo y lactancia, puede suponer un riesgo para la salud del feto o el recién nacido.
Daños
El consumo de bebidas alcohólicas durante el embarazo puede generar daños en el crecimiento de los órganos del futuro bebé o en su desarrollo cerebral, en ocasiones irreversibles. Entre algunos de los problemas se encuentran: problemas de corazón, riñones o huesos, Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (discapacidades físico-intelectuales), o en los peores casos, incluso un aborto espontáneo o una muerte fetal.Además, durante la lactancia estos hábitos también pueden llegar a generar graves problemas de salud en el recién nacido. Entre ellos, una reducción de la capacidad cognitiva, la posibilidad de desarrollar posibles retrasos en el crecimiento, un empeoramiento del razonamiento no verbal (en comparación con el resto de los niños que han sido amamantados por mujeres que no consumían alcohol) o una reducción en el reflejo de bajada de la leche materna, lo que puede significar que el bebé obtenga menos leche materna durante las tomas. En los casos más graves, un consumo agudo excesivo puede provocar coma, convulsiones y riesgo de muerte en el lactante.
De haber sabido todo esto, seguro que esas veces que ingerí alcohol durante el embarazo y la lactancia no se hubieran dado.
Alternativas
Afortunadamente, para las que nos gusta la cerveza (he de reconocer que a mi cada día más y si es verano para qué contarte) la opción del consumo de cerveza que no contiene alcohol se convierte en una alternativa fantástica. El sabor está muy conseguido y las que son cervezas 0,0 sí son realmente cervezas sin alcohol.Así que, no hay excusas: porque él bebe lo que tú bebes apostemos por un embarazo y lactancia sin una gota de alcohol.