Durante el embarazo, la mujer experimenta diversos cambios en su cuerpo, debido a factores hormonales, como el aumento de peso. Algunas mujeres, caen en el error de comenzar una dieta estricta cuando dan a luz, para perder cuanto antes esos kilos de más. En realidad, se debe hacer todo lo contrario. Tras el parto, la mujer necesita recuperarse del enorme esfuerzo, y tiene que elaborar nuevos hábitos alimenticios, que le den la energía necesaria para esta nueva etapa.
Asimismo, hay que tener presente que la alimentación de la mujer debe ayudar a la cicatrización de las heridas y a recuperar todo el hierro que se ha perdido durante el parto, así como a favorecer la producción de leche, si se ha optado por dar el pecho. En esta etapa, se recomienda repartir las comidas en 5 o 6 tomas diarias, sin picar entre medias, y sin pasar más de 3 horas sin comer.
Qué alimentos tomar
La dieta de la madre en este periodo debe ser, ante todo, equilibrada, pudiendo consumir cualquier alimento, incluso aquellos que están prohibidos durante el embarazo, como el pescado crudo. La fruta es necesaria en este momento para reponer minerales y vitaminas, y si puedes tomarla con piel, aumentarás el consumo de fibra, que te ayudará a combatir el estreñimiento y depurar el organismo.
Como apuntábamos anteriormente, no hay ningún alimento prohibido, a no ser que sea por prescripción médica. Sin embargo, debe evitarse consumir ciertos productos, como los fritos, los dulces (y demás hidratos de carbono simples) y los refrescos azucarados. A la hora de tomar carne, hay que tener en cuenta que se deben elegir cortes magros y no consumirla más de 3 veces a la semana. En el caso de las carnes blancas, hay que comerlas sin piel. Y respecto al pescado, se puede incorporar diariamente a la dieta. Asimismo, es muy importante usar aceite de oliva, por su poder antioxidante,y consumirlo en crudo.
Tu dieta durante la lactancia
Por todos es sabido que la mejor forma de alimentar al bebé durante sus primeros meses de vida es con leche materna, que le proporcionará el agua y los nutrientes que necesita, además de protegerle de infecciones y alergias. Pero la lactancia no es beneficiosa solamente para el niño, sino también para la madre, ya que le ayuda a recuperarse físicamente. Está demostrado que dar el pecho al bebé disminuye el sangrado post-parto y los niveles de grasa acumulados en el embarazo, por lo que perderás peso con más facilidad.
La producción de leche supone un gasto energético importante, por lo que en esta etapa debes aumentar las calorías diarias hasta las 2500, para garantizar la cantidad de leche requerida por tu hijo. Además, deberás prestar atención a los alimentos que tomas, ya que de esto depende la calidad de la leche que produzcas.
En principio, no hay ninguna prohibición tan estricta como sucede en el embarazo, puedes tomar cualquier alimento, desde el primer mes de dar a luz. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la calidad de los alimentos influirá en los nutrientes que contenga la leche, así que se pueden seguir algunas recomendaciones. En imprescindible, sobre todo, cubrir las necesidades diarias de calcio y nutrientes, y esto lo puedes conseguir a través de los lácteos, y de las carnes, pescados, frutas y verduras.
Cabe recordar que, aunque la leche materna puede tener diferentes sabores según el día, hay determinados alimentos que se recomiendan no tomar, ya que alteran notablemente el sabor. El ajo, la cebolla, los espárragos, la col, la coliflor, y la mayoría de las especias son algunos de los productos que debes evitar.
Asimismo, las necesidades de líquidos aumentan, para mantenerte hidratada y producir la leche requerida. El agua es siempre la primera opción, pero también puedes tener como alternativa los zumos de fruta o las infusiones. El hinojo, el anís verde y el comino son una buena elección. Respecto al alcohol, puedes tomarlo ocasionalmente y con moderación, teniendo en cuenta que el mejor momento para hacerlo es después de dar el pecho, ya que, de esta forma, se consigue retirar el alcohol del organismo.
Por último, hay que tener presente que los kilos de más que se han cogido en el embarazo, se irán perdiendo de manera progresiva, por lo que no hay que desesperar si tardas unos meses en conseguir tu figura habitual. Lo más conveniente es llevar una alimentación equilibrada y realizar ejercicio moderado con cierta frecuencia.
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