Las galletas son unas pastas de mantequilla con fondant blanco listas para decorar y con unos rotuladores hechos con colorante alimentario de seis colores diferentes, además de bolsitas de plástico, cuerda y etiquetas de papel kraft para envolverlas de forma individualizada (aquí más fotos). Todo un kit DIY listo para personalizar y para que los pequeños artistas puedan dar rienda suelta a su creatividad.
Después de asegurarme con las chicas de Molly and Maggie de que mi envío iba sin problemas y en perfectas condiciones hasta Pamplona, me animé a comprar el kit. El resultado me ha gustado mucho, así que creo que repetiré el regalo si nadie se entera
Al peque le encantó pintarlas con los rotuladores, es tan sencillo como hacerlo sobre un papel y el color se fija muy bien. Probamos todos los colores, hicimos combinaciones entre ellos y pintamos a trazos y a puntitos. El problema estuvo en que él quería probar cada galleta que pintaba, así que tuve que engañarle con unos caramelitos para poder terminar el trabajo y seguir teniendo regalo para sus educadoras. Por eso no pude ir corriendo a por la cámara de fotos y me temo que las imágenes no son muy buenas. Por cierto que una de las diez galletas sí la probamos (era obligado antes de regalarlas) y estaba riquísima, y eso que no soy muy amiga del fondant.
Así quedan las galletas ya decoradas y secas y envueltas en su papel. El mérito es del pequeño artista y su garabateo. ¿Verdad que queda resultón? Se me ocurren muchos usos para estas galletas: como regalo de cumpleaños o recuerdo de cualquier celebración y para tener un detalle con varias personas.
¿Os gusta el detalle?
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