¿Alguna vez habéis pensado en escribir un diario a vuestros hijos? ¿Les estáis haciendo una cajita llena de recuerdos con fotografías y objetos que tienen un valor sentimental y que os apetece que tengan de mayores? Estoy convencida de que si no lo hacéis lo habéis pensado muchas veces y no siempre es fácil sacar el tiempo para ir llenando su pequeña cápsula del tiempo.
Cuando nació mi hija mayor compramos justamente eso, una cápsula del tiempo la mar de molona. Dentro vienen las noticias más importantes del día se du nacimiento, el precio de los productos de moda, la música del momento, una libreta para escribir los padres y familiares, una cajita para fotos, para algún objeto pequeño…la idea es que se va llenando, se precinta y se le da al niño o niña cuando tiene 18 años (o cuando queramos).
A priori la idea es fabulosa pero después de la emoción inicial, la caja suele guardarse en lo alto de un armario lejos de las manitas del futuro propietario y, yo al menos, me olvido y ya no sé cuando fue la última vez que la llené con algo.
La solución llegó a mi unos meses antes de ser madre por primera vez y me pareció una idea tan genial que no tardé en ponerla en práctica. ¿En qué consiste? En mandarles emails a través de una cuenta de correo electrónico creada a su nombre y del que solo tú tendrás la contraseña.
¿Suena bien, verdad? Creé una cuenta de correo a nombre de mi hija vinculada a la mía por si algún día había algún problema. Al fin y al cabo es una cuenta que solo recibe correos y deberá estar activa unos cuantos años más
Cuando tengo tiempo, cuando me apetece, cuando tengo algo importante o insignificante que contarle, abro el ordenador y tecleo y tecleo hasta contarle todo lo que me pase por la cabeza ese día. No soy para nada constante. Quizá le escribo dos veces al mes y luego pasan 6 meses sin enviarle nada.
Para mí es una especie de diario privado entre madre e hija, aunque solamente escriba yo. No tengo ni la más remota idea de lo que le escribí hace unos meses. Nunca jamás he vuelto a leer ninguno de esos correos y quizá, cuando ella los lea, pensará que su madre era una loca chiflada y seguramente de la época del jurásico. No me importa.
No sé cuando le daré acceso a esa cuenta. Quizá cuando cumpla los 18 o quizá no. Lo que si espero es que llegue momento y ver su cara de asombro. Me imagino la curiosidad de leer montones de correos que se han enviado hace muchos años atrás y donde se describe como ha sido tu infancia.
De vez en cuando le adjunto fotografías que seguro que siguen en buen estado después de los años. También he compartido la cuenta con su padre y algunos familiares muy cercanos para que le cuenten lo que quieran si les apetece. Al fin y al cabo se trata de crear su cápsula del tiempo virtual y que cuando se plante delante de la pantalla pueda imaginarse como era su vida y la nuestra tantos años atrás.
Seguimos llenando la caja de recuerdos pero ya no me siento mal cuando veo que las hojas de la libreta están en blanco.
Tengo que decir que para su hermano aún no me he puesto manos a la obra. Sigo pensando si también quiero hacer este diario para él o simplemente buscar otra fórmula para dejarle pedacitos de su vid
¿Qué os parece la idea? ¿Lo habíais pensando antes?
PD: os dejo que tengo prisa, tengo que mandar un email…;)
Os dejo el enlace de la web donde compramos la cápsula del tiempo, es una idea bonita para regalar…
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