¡Hola a todas!
El post de hoy va dedicado a aquellas madres con niños exploradores y activos y que necesitan una lista interminable de propuestas para ellos cuando surgen complicaciones del mundo adulto. Entiéndase como largos trayectos de un tren, colas eternas, viajes en coche, espera entre plato y plato de restaurantes, sala de espera de médicos y un sin fin más de situaciones en las que ellos se aburren soberanamente y no pueden entender que hay que esperar. Un rato, vale; pero llega un momento en el que ves que la cosa está a punto de explotar y o actúas o tienes rabieta al canto.
Así que hoy os traigo ideas de jugos pequeños que caben en un bolso y que te pueden salvar de más de una. ¡Allá van!
1. Burbujas: Parece una tontería pero a mi es de las que más veces me salva. Imposible no llevar una en el bolso. En casa tengo un bote enorme de 1L que compré y voy rellenando a medida que se terminan y me sale muchísimo más económico. No sé yo que tienen, entre magia, fascinación y calma, pero son un gran aliado para recuperar la cordura y el control de los peques.
2. Plastilina: Apto para cuando están en algún sitio sentados, como en viajes de tren, avión y tienen algún sitio donde apoyarse. El gran descubrimiento de Valentina es cortar la plastilina con unas tijeras de punta redonda. Se puede pasar un buen rato haciendo churros y cortando a trocitos la plastilina y poniéndola en botes. También podéis darles algunas legumbres para que enganchen como os conté en los ateliers de barro.
3. Típico pero eficaz: papel, colores y pegatinas: sí, lo de toda la vida; pero que bien nos viene un mini kit de estos para pasar el rato en el restaurante. Las pegatinas aportan un punto extra, y además se entretienen muchísimo sacándolas y pegándolas en cualquier parte. Ahora a Valentina le gusta mucho hacer listas de cualquier cosa. ¡Ah! y si tienes por allí un poco de washi tape ya la tienes contenta un buen rato, doblando y haciendo regalos para todo el mundo.
4. Memory: Nos regalaron hace poco un mini memory de piezas redondas con los personajes de la Caperucita, y los guardamos en una bolsita de tela para que sea más cómodo transportarlos. Dependiendo del niño podéis poner más o menos parejas e ir complicando el juego poquito a poco.
5. Mini construcciones: Construcciones de madera para hacer caminos, granjas de animales (también podemos añadir algún animal o nins a la bolsa), torres, casas, y cualquier cosa que se nos ocurra. Estas mini construcciones las compré un día de Tiger. Diría que son de estos juegos que van teniendo siempre, así que cuando os paséis por allí vale la pena echar un vistazo al apartado de juegos, hay de muy interesantes.
6. Mini juegos: pesca Este también es de Tiger. Lo conocimos un día que estábamos con unos amigos tomando un café y los niños ya tenían suficiente de “plan adulto”. Sacó este juego del bolso y estuvieron un buen rato jugando. Es muy sencillo y se guarda súper bien en la lata, así que es ideal para poner en nuestro kit.
7. Títeres: En casa somos muy fan de las marionetas de dedos. Las hay de muchos tipos y las actividades que se pueden hacer con ellas son infinitas. Buscar canciones de cada uno de los animales, hacer un mini teatrillo o adivinar qué animal tenemos escondido es de nuestros preferidos.
Como os he dicho, intentamos poner todo lo que sean piezas pequeñas dentro de mini bolsitas de tela y de este modo que quedo todo bastante ordenado. Entonces solo hace falta escoger una maleta para que sea nuestro kit de supervivencia y ¡listo!
¿Qué os parecen mis propuestas? ¿Cuáles son vuestros imprescindibles de madre superviviente? ¿Hacemos entre todas una lista para tener más recursos? Dejadme vuestras propuestas en los comentarios, aquí o en Instagram. ¡Mil gracias por estar siempre aquí!