Las Redes sociales son esa “Ventana indiscreta” donde los “vecinos” publican los dimes y diretes sin ningún tipo de pudor. Es un escaparate público y notorio donde se describen hechos que nos delatan y ponen de manifiesto nuestra intimidad (forma de vida, pensamientos, …). En las redes se comete el grave error de publicar situaciones que van dirigidas a tan solo unos pocos y sin embargo las distribuimos a toda la “comunidad de amigos” sin establecer ningún tipo de distinción entre los receptores.
Haciendo una reflexión, hay una sutil diferencia entre la Ventana indiscreta de Hitchcock y la Red Indiscreta de Internet y es el modo en que sus personajes interactuan con el exterior. Podríamos decir que en la película es un modo pasivo, pues ellos no esperan que sus conversaciones sean escuchadas y en Intenet es un modo activo porque la persona hace público todo lo que manifiesta.
Ni que decir tiene que los actores de la Red indiscreta (padres, hijos, abuelos y nietos) estamos literalmente enganchados a los dispositivos móviles. En esta Red cada vez hay más alternativas, ‘más’ tentadoras, y las de siempre se refuerzan para no perder terreno ni posicionamiento.
Parece mentira que lo que hacemos algunos nada más despertarnos sea comprobar qué mensajes hemos recibido mientras dormíamos y aún no hemos leído, a veces antes de encender la luz.
Los últimos estudios dicen que más de la mitad de los jóvenes y no tan jóvenes sienten soledad, molestia e incluso ansiedad cuando no tienen el móvil cerca o no lo pueden consultar.
Las tareas diarias y sobre todo la concentración en el trabajo y/o estudio se ven alteradas y bombardeadas por esa necesidad de ver y/o responder a mensajes indiscriminados de manera inmediata.
No solo los jóvenes presentan este comportamiento, estudios recientes demuestran que el 59% de los padres sienten la necesidad, de forma ocasional o con frecuencia, de responder inmediatamente a los mensajes que reciben. (Ir a estudios recientes)
El 36% de los papás sienten que pierden el tiempo haciendo uso de los dispositivos; y es que las posibilidades de distraerse con ellos son muchas y no cabe duda que van a ser más.
Debemos de recordar que nuestros hijos son lo que ven y sobre todo lo que ven hacer a sus padres. Debemos ser conscientes y buscar algunos antídotos para ser buenos ejemplos y evitar estar tan enganchados a esta Red Indiscreta.
(Quiero dedicar este artículo a un gran amigo, amante del cine, filósofo y profesor de filosofía: Mariano Ros)
Fuente de la noticia: Pew Research Center Internet & Technology