Nuevamente vuelvo a participar en La ventana indiscreta de Frikymamá. Esta vez la misión es un tanto peculiar, consiste en hacer una denuncia de tipo social. Hay tantas cosas de las que se podía hablar que me ha costado decidirme, pero al final voy a dedicar este post a todos los niños a los que no se les respeta.
No es la primera vez que hablo de esto es mi blog pero aprovecho la ventana para hacerlo de nuevo. Mi denuncia social va para algunos colegios y algunos profesores sin humanidad. Antes de seguir tengo que decir y agradecer que hay unos profesores estupendos en este país que dan la vida por sus alumnos pero también existen ovejas negras como en todos sitios. Si levanto ampollas con esto lo siento, pero mi caso es real y verídico, no me invento nada y aunque la gran mayoría no son así, hay casos en los que sucede.
Cuando me refiero a que no se respeta a los niños, me refiero a que no les dejamos ser niños o bebés el tiempo que ellos necesitan. Para mi no todos los niños que tienen 3 años y tienen que empezar el cole están preparados para tener esa autonomía que les piden, no están preparados para tanto cambio y no están preparados para ciertas exigencias que algunos colegios hacen. Me refiero principalmente al tema del control de esfínteres. Hay niños que con 2 añitos están preparados y controlan esfinteres perfectamente pero por otro lado hay niños que maduran más tarde, tienen 4 años y todavía no lo hacen. ¿Qué ocurre? Que en algunos colegios si tienen escapes no los cambian. Llaman a los padres por teléfono y si puedes ir a cambiarle bien y si no los dejan con el pis o la caca toda la mañana apartados. En el colegio se escudan diciendo que con el tema de la crisis no tienen personal de apoyo y no pueden dejar a 25 niños solos para cambiar a uno. En eso les doy parte de razón y sinceramente no culpo a los profesores o bueno no a todos porque he conocido a alguno que no tenía una pizca de humanidad. Menos mal que la gran mayoría no son así. Pero hay una minoría que es capaz de dejar a un niño empapado toda una mañana. Y hablo por experiencia propia porque mi hijo no controlaba cuando entró en el cole y aunque hacía lo que podía por llegar lo antes posible para cambiarle a veces tardaba y encontrármelo apartado de los demás niños hasta arriba de mierda como me pasó una vez me parece un acto de mala persona. No puedes ser profesora y tener a unos niños de 3 años a tu cargo a los que no les atiendas sus necesidades básicas. Imagina como se siente un niño que además de que ya de por si se sienta mal por no saber controlar, encima lo apartan y lo regañan por ese motivo. No digo que no haya que llamar a los padres para que vayamos pero a veces los padres resulta que trabajan y que tardan o que no pueden salir de su trabajo para eso. Así que un poquito de humanidad y aunque sea en la misma clase, en un rinconcito o pidiendo ayuda a otra profe un momento, o como sea, se puede. Lo que no se puede es dejar a un niño apartado como si estuviera castigado porque todavía no ha madurado lo suficiente como para controlar su esfinter. ¿Qué culpa tiene este niño de que haya una crisis económica de la leche y no haya profesores de apoyo? Ninguna. Por una parte entiendo a la parte de los profesores y sé que la mayoría entienden a los padres pero no se debería permitir ese tipo de cosas en los colegios. Mi hijo a causa de eso no es capaz de ir al baño en el colegio. Y lo pasa fatal con este tema.
Quiero entender que esa profesora que tuvo era una excepción y nada más que eso, pero me consta por otros padres y por lecturas en algún foro que esto ocurre en algunos colegios.
Gracias a que hay profesores que aún sabiendo las circunstancias que existen en los colegios de falta de personal se involucran tanto que hasta te dicen déjame una muda por si un día no puedes venir que no voy a dejar al niño toda la mañana empapado. Desde aquí tengo que darle las gracias a esos otros profesores. Como en todas las profesiones no todos pueden ser buenos, pero es una pena que no sea sólo una excepción.
Y hasta aquí mi pequeña denuncia social. Un poco más de respeto por los niños, que ellos no entienden de crisis ni de normas en las que se sienten castigados porque no han sabido controlar el pis.