¿Qué es una muñeca Waldorf?
Una muñeca Waldorf es un pequeño ser cuya tarea es ayudar a los más pequeños a desarrollarse de forma armoniosa. Les permite expresar creativamente la belleza con la que han venido a inundar este mundo.
Esta muñeca, totalmente confeccionada a mano, es el resultado de un proceso en el que imaginación, sentimiento y acción toman parte, por lo que en sí misma contiene y representa estos valores. Además, la fisionomía de la muñeca sugiere sin ser demasiado explícita, dejando libre la ventana de la imaginación durante el juego. Esto se hace particularmente evidente en el rostro, cuyas facciones ausentes de gestos marcados son una invitación a recrear diferentes estados de ánimo sin restricciones.
La pedagogía Waldorf fomenta la libertad del ser humano. Los cimientos de esta libertad se erigen sobre la expresión artística y creativa. La muñeca es, en sí misma, resultado de un proceso creativo vivo y libre, por lo que se convierte en un objeto dotado de profundo significado. A nivel real, la muñeca Waldorf es única e irrepetible. A nivel simbólico, la muñeca Waldorf representa además el amor por la creación. Esta reverencia por el acto creativo nos conecta espiritualmente con nuestra propia existencia.
Incluso si no disponemos del tiempo, las ganas o los recursos para crearla, una muñeca Waldorf es un regalo cuyo valor añadido no puede igualarlo una muñeca o muñeco comercial de plástico. Cada muñeca Waldorf es concebida por una mente, sentida por un corazón y traída a la vida por unas amorosas manos.
Valor pedagógico
"Nuestro mayor propósito ha de ser el desarrollo de seres humanos libres capaces por sí mismos de impartir propósito y dirección a sus vidas" ? Rudolf Steiner.
Rudolf Steiner, cuya aportación a la humanidad no se restringe a la renovación educativa, sino que abarca áreas tan aparentemente dispares como medicina, danza, arquitectura, escultura, ciencia, espiritualidad, filosofía, poesía, agricultura o psicoterapia (por nombrar algunas), creía que el ser humano puede sentar las bases de un nuevo mundo si es capaz de vivir su vida en pleno ejercicio de su libertad. Es por ello que los adultos debemos acompañar responsablemente a nuestros descendientes para que puedan desarrollar su más elevado potencial, lo que será beneficioso para todas las generaciones que fueron y todas las que serán. Crecer sin restricciones ni imposiciones ligadas a la concepción adulta de la realidad es desarrollarse en esta dirección, y existen ciertos elementos esenciales que todos los padres podríamos conocer y aplicar para dar forma a esta visión trascendental. Las muñecas Waldorf integran valores que honran a la niña y el niño, su inocencia, su necesidad por explorar sus emociones y vivirlas en plenitud.
Algunos detractores de Steiner (ya saben que la ignorancia es atrevida, y se aventura a rechazar cosas de las que no sabemos absolutamente nada) han llegado a afirmar que las muñecas Waldorf son perjudiciales porque no muestran amplias sonrisas. Como ya hemos venido mencionando, las princesas de reluciente sonrisa son muy rosas y enternecedoras, pero limitan el juego creativo. La predominancia de una emoción en el rostro no deja espacio para ninguna otra, con lo que se empobrece la capacidad creativa de los niños.
No debemos pasar por alto que, para un niño, el juguete es un campo abierto de experimentación de sus propios procesos vitales. A lo largo de su desarrollo, vivirá situaciones exteriores e interiores que le provocarán inquietudes, y el juguete tendrá el propósito de dar forma a estas emociones a través de historias. Ya que para el inconsciente no hay diferencia entre real y simbólico, queremos que esta amiga simbólica o amigo simbólico de nuestros hijos sea de un material natural, vivo y cálido.
El juego es la herramienta con la que aprendemos acerca de todo lo que nos rodea. La pedagogía Waldorf promueve que el juego es a los niños lo que el empleo es a los adultos. Como muchos grandes pedagogos afirman, el juego no es una liberación de un aprendizaje serio, sino que para los niños el juego es, en sí mismo, un aprendizaje serio. El juego es un elemento sagrado en la vida de la niña y el niño, de ahí que los objetos que utilizamos durante el mismo cobren tanta relevancia.
El Gnomo I?x
Nuestra primera muñeca fue para Zoe, sin vestido (problema que ella ha resuelto de múltiples formas) y cientos de hilos de lana que confeccionaban su cabellera, cosidos a mano uno por uno. Aisha recibió una preciosa muñeca de nudos (una variedad de muñeca Waldorf que tiene nudos en sus extremidades), con un gorro rojo largo y puntiagudo. Después decidimos seguir creando por el mero placer de crear, y cuando el Gnomo I?x nos visitó por primera vez, se nos ocurrió que podía ser un lindo empleo, así que vendimos nuestra primera muñeca (que utilizaba tela típica guatemalteca como vestido) a una persona muy cercana.
Seguimos haciendo lo mismo. Y aunque a veces no vemos el rostro del comprador, mantenemos los mismos valores a la hora de crear: cosas imaginadas, sentidas y hechas a mano. Y en casita y en familia.