Indudablemente, uno de estos referentes, son nuestros padres: lo que todos hemos 'mamado' de alguna manera entre las paredes de nuestro hogar y que alguna vez llegamos a creer que todo se quedaría ahí, en nuestro antiguo barrio o casa familiar. Pues no. Dejadme que os diga, que esto no es invento mio, sino que tiene un aval científico. La psicología advierte de cómo no sólo aquello que hemos visto en casa nos marca, sino que hace mella de tal forma que repetimos esos mismos hábitos y expresiones, sin darnos cuenta, con nuestros futuros hijos.
¿De qué vale entonces, que intente por todos los medios no repetir los errores de mis padres? -Claro que vale.
Es más, ésa lucha incansable, os aseguro que sí que trae sus frutos. Pero no podemos desprendernos de todo lo que hemos vivdo desde que nacimos, en el seno familiar. Es como una especie de ADN que conservaremos el resto de nuestras vidas.
Desde la forma de cocinar unos sencillos pimientos asados (¿acaso habéis dudado de que no los hacéis como los cocinaba vuestra madre?) pasando por la costumbre de leer el periódico el domingo, mientras saboreáis una tostada de aceite y azúcar, hasta algunos de los valores que transmitís en el día a día a vuestros hijos, es mucho más de lo que creéis lo que habéis heredado de vuestros padres.
La verdad es que casi todos los comentarios que leo sobre este tema, son una profunda crítica a eso que no deseamos que se repita pero ¿qué pasa con todo lo bueno que aprendimos de ellos? ¿Es que no merece una entrada, un reconocimiento?
¿Me contáis aquellas cosas que habéis herededado de vuestra educación, que sí os gustan?
Foto. labutaca.net