Marififi: Minififi, ¿con quién hablas?
Minififi: Con los nenes?
Marififi: ¿Qué nenes?
Minififi: Los nenes-gatito que hay en la habitación.
Marififi: What? (cara entre susto y espanto).
Minififi: Estamos jugando.
Marififi: Venga, vamos que te voy a cambiar (¿¿¿¿Nenes gatito????).
Minififi: Mamá, has pisado a la nena. Mamá, los estás pisando.
Marififi: Uy, lo siento mucho, no me había dado cuenta? (mano en móvil buscando el teléfono de Iker Jimenez).
Minififi: Nenes, echaos para allá que mamá y yo vamos a pasar.
Marififi: ¿Dónde están ahora?
Minififi: Allí, en la puerta, al lado de la pared (señalando al espacio vacío).
Marififi: ?
Así son las cosas, convivimos con los nenes-gatitos. Tengo sentimientos encontrados entre satisfacción por la muestra de imaginación de Minififi y el miedo-pavor a los nenes-gatito (y a pisarlos).
No sé a qué edad se empieza a tener amigos imaginarios, pero el caso es que los nenes-gatito siguen ahí. Minififi juega con ellos, les cierra la puerta, les enciende la luz, les cuenta su vida. Menos mal que no salen de la habitación porque ya solo faltaría tener la casa llena de ellos y tener que ir de puntillas para no pisarlos.
¿Qué opináis? ¿Es muy pronto para amigos imaginarios? ¿Convivís vosotr@s con alguno?