A parte de todo esto hay que sumarle que como mujer quedas relegada a un segundo plano, al menos yo. No tengo tiempo para pasarme la plancha en el pelo como antes, ni de maquillarme a diario. Duchas que duran 2 minutos y comidas y cenas que a veces se toman frías y con prisas.
Para mí la maternidad es todo eso que os he contado arriba, pero hay más:
Es ver a mi hija sonreír, mover sus brazos cuando me ve para que la tenga encima mío, verla aprender cosas nuevas, su mirada de ilusión con cada nuevo descumbriento.
Soy una persona con poca paciencia, las cosas las tengo que hacer aquí y ahora, pero ella me está enseñando a que hay tiempo para todo, y si algo se queda sin hacer es que no sería tan importante, Que la vida son momentos y ahora toca vivir los junto a mi sueño hecho realidad.
A las que aún no tenéis a vuestros retoños en brazos, no os asusteis, es duro, pero merece la pena.
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