Hoy quiero hablaros de un tema que nos ronda la cabeza cuando nuestro hijo/a cumple los dos años.
Hay quien se lo toma con calma y a quien le entran los agobios (y más si tiene que entrar en el colegio y le obligan a ir sin pañal)
En nuestro caso, nuestra Lu es de primeros de año, por lo que la presión de la entrada al “cole de mayores” no la tenemos. Aún así, soy de las que sigue creyendo en que cada niño tiene su ritmo para todo, no es cuestión de edad, es cuestión de madurez.
Lu empezó a dar signos de querer dejar el pañal en Mayo, andaba diciendo todo el día que le molestaba, que le picaba. Su problema era que no quería sentarse en el orinal, así que empezamos trabajando ese miedo con ella. ¿Que hicimos?
Le compramos un orinal que a ella le gustase. En su caso es fan de color morado, así que nos recorrimos todas las tiendas hasta que dimos con uno de ese color.
La animábamos a sentarse cuando veíamos que tenía el pañal seco, solo por sentarse (que ya era un logro) tenía una recompensa. En su caso eran sellos de colores, que le poníamos cada vez que se sentaba.
El orinal era un elemento mas de decoración en casa, siempre estaba donde ella jugaba, sentaba a sus muñecos, o se sentaba ella vestida. La cuestión era que le perdiera el miedo a estar ahí.
Una vez perdido ese miedo, empezamos a trabajar junto con su profesor el tema de la retirada del pañal, pasamos mucho tiempo sin conseguir un mísero pis en él, pero nosotros seguíamos felicitándola cada vez que se sentaba.
Hasta que llegó el día en el que no quiso pañal (dos meses después). Tengo que ser sincera y deciros que los tres primeros días solo hizo un pis en el orinal, el resto se lo hacía encima. Nosotros no le recriminábamos nada, solo le explicábamos que si se sentaba y lo hacía allí estaría mas cómoda, ya que no se iba a mojar.
Paciencia, no nos quedaba otra. En nuestro caso el cuarto día se despertó pidiendo hacer pipí en el orinal, y desde entonces, todo fue como la seda. Seguimos premiando con los sellos un tiempo, hasta que el tema se normalizó y lo dimos por algo natural.
Con la caca ha sido otro cantar, ha costado mucho trabajo y muchos lloros por su parte, ya que le daba miedo hacer caca, literalmente. Pero esto, os lo cuento en otro post.
¿Cómo dejaron el pañal vuestros pequeños? Contadme, os leo