Tengo que reconocer que el tema de dejar el pañal me daba una pereza terrible. Viendo que Mini C imita en muchos comportamientos a Mini A, (su hermana 15 meses menor). Ya me había hecho a la idea de que lo más probable sería que ambos dejaran el pañal a la vez. ¡Mujer de poca fe!
Y es que ya te contaba hace unos días en mi cuenta de Instagram, que Mini C nos sorprendió a todos a la vuelta de las vacaciones de Navidad, usando por primera vez el orinal. Diez días más tarde y unos cuantos escapes después, estamos de celebración. Uno de nuestros dos Minis ya anda por la vida sin pañales. Ni de día ni de noche. ¡Bravo!
Dejar el pañal – paso a paso
Como en casi todo lo que tiene que ver con la maternidad, aquí no hay verdades absolutas. Y seguramente lo que me ha funcionado a mí, no le funcionará a todo el mundo. Pero sí creo que hay ciertas pautas que todas podemos observar en nuestros Minis y que nos indicarán que están preparados para dejar el pañal. Y es que sí, creo que hay que esperar a que estén preparados. Y no todos los niños lo están al mismo tiempo. En este sentido, me siento aliviada de que en Alemania no haya ningún tipo de presión. Sin plazos ni agobios.
Señales de que quiere dejar el pañal
No hay una edad a la que dejar el pañal. La sabiduría popular dice que los niños empiezan a poder estar preparados a partir de los dos años. Eso no quita que haya niños que puedan dejar el pañal antes – o después -. Lo que sí está claro es, que hay una serie de señales que indican que tu Mini quiere dejar el pañal.
Espacia los tiempos en los que ensucia el pañal
Parece obvio pero no lo es. Tu Mini estará preparado para ir por la vida sin pañal, cuando tenga el control suficiente de sus esfínteres. Esto es, que sea capaz de controlar la necesidad de ir al baño. ¿Y cómo puedes tú saber cuando esto ocurre? En el caso de Mini C, era bastante obvio. (Aunque yo no me di cuenta). Últimamente he ido a cambiarle el pañal después de dos o tres horas, y no lo tenía apenas mojado – o incluso lo tenía completamente seco -. Por la noche también hacía tiempo que no se levantaba con el pañal como si fuera un flotador. Ahora veo claramente que me estaba enviando señales.
Muestra interés cuando vas al baño
Lo de que una madre rara vez entra al baño sola, es una realidad que seguro que no hace falta que te explique. En nuestro caso, no sólo le interesaba mucho el hecho de ir al baño, sino que si además era para sentarte en el WC, arrancaba automáticamente con el interrogatorio: ¿Mamá pipí? ¿A ver Mamá? ¡Mami yo! (Para tirar de la cisterna). Que tu Mini muestre interés por estos “quehaceres” diarios en la vida de cualquier persona, es otro paso más en el camino para dejar definitivamente el pañal.
Consejos para ayudarles a dejar el pañal
Y ojo porque escribo “dejar el pañal” y no “quitar el pañal” . Parto de la idea de que la iniciativa – aunque posiblemente en un principio promovida por nosotros – viene del niño. El niño deja el pañal y nosotros le ayudamos en este proceso. Ésa es la idea y así es como nos ha funcionado a nosotros. Sin dramas y sin muchas más lavadoras de las que ya poníamos antes.
Adiós pañal de cualquier tipo
Una pauta en la que habéis coincidido muchas y que, después de haber experimentado mi primera “operación pañal” comparto con vosotras, es la de dejar el pañal radicalmente. Nada de cambiar a pañal de braguitas –para que él sólo se lo pueda subir y bajar – o ponerle el pañal para un rato. Pienso que eso puede llegar a confundirle. Al final, me parece importante que tu Mini entienda que si no se aguanta el pis (o lo que no es pis) hay una consecuencia. Se mancha, se moja, se está incómodo. Aunque lo cambies en seguida, el niño percibe que no está bien. Sin embargo, si cuando ocurra el escape lleva un pañal, no tendrá “consecuencias” como tales y no entenderá el fin de no llevarlo.
Orinales y adaptadores
En una de nuestras visitas periódicas a Ikea, Mini C vio el orinal y se puso loco de contento. Tenía unos dos años en aquel momento. Yo ya había escuchado alguna que otra vez, que a partir de los dos años un niño podría empezar a estar preparado para dejar el pañal. Llena de emoción, se lo compré. Más tarde, me daría cuenta de que las fiestas al orinal venían de que era algo que había reconocido de la guardería. (Allí usan el mismo de Ikea.) Y no porque él tuviese la más mínima intención de usarlo.
Ya sabes que no hay que venirse abajo a las primeras de cambio. Así que el orinal estuvo dando vueltas por casa – en el baño la mayor parte del tiempo, menos mal – hasta que llegó el momento adecuado.
Nosotros empezamos usando el orinal y, una vez que observé que lo tenía dominado, le compré un adaptador para la taza de WC y un taburete para que “él solito” – son las dos palabras que más repite a lo largo del día – pudiera ir al baño. Reconozco que aquí entró en juego mi miedo a que tuviera que salir con el orinal debajo del brazo hasta para ir a comprar el pan los sábados. Quiero decir, que se acostumbrara y tuviera que hacer otro periodo de aprendizaje para cuando empezara a hacer pis en el WC – y no en el orinal -.
No sé si este miedo tenía razón de ser o no, pero no quise comprobarlo. Le compré estas dos cosas que te digo y se las puse en un aseo que hay junto al dormitorio de los Minis. Le conté que ése sería su baño y funcionó. Ahora usa siempre ese WC e intenta primero ir él sólo (la mayor parte de las veces, con éxito).
Si no hubiese tenido la posibilidad de dejarle un WC para él, hubiera comprado esta taza del WC con adaptador *para Minis. Funcional y discreto. Puedes usar este enlace si *estas en España.
Lleva ropa de recambio
Ahora, en lugar de echar pañales en el bolso cuando salgas, tendrás que echar leotardos, calcetines, pantalones, faldas e incluso zapatos. ¡Pues vaya avance hemos hecho! Ya sé. Los primeros días no notarás mucho las numerosas ventajas de que tu Mini haya dejado el pañal. Mejor dicho, todo lo contrario. Sin embargo, a medio y largo plazo son todo ventajas. ¡Ánimo con los escapes!
Libros para dejar el pañal
En nuestro caso, no hemos necesitado de ninguno. Ya te cuento que para mí misma ha sido toda una sorpresa, y no he motivado que Mini C dejara el pañal. Sin embargo, no veo nada malo en comprarle algún libro sobre el tema, para que se vaya familiarizando.
Si hubiese tenido que comprar alguno, me habría ido a esta genial selección de cuentos para dejar el pañal que nos hace Bea de Tigriteando. Desde aquí, ¡gracias!
Toma la iniciativa de vez en cuando
Si no llega a ser por las estupendas educadoras de la guardería de Mini C, nosotros no habríamos dado este paso. Después de las vacaciones de Navidad, su “profe” le llevó al baño – igual que hace con muchos de los demás niños de su clase, que ya no usan pañal – y le preguntó si quería sentarse y hacer pipí. Para sorpresa de todos, no sólo accedió a sentarse, sino que por primera vez en su vida, hizo pis en el orinal. (En otras ocasiones ya se le había preguntado y no había accedido. O sí había accedido pero al medio segundo de sentarse se levantaba y decía “no sale Mami”). Cuando me dijeron que el primer pis en el orinal se había llevado a cabo con éxito, lo celebré como si me hubiera tocado la Lotería.
Dale un voto de confianza
Personalmente, es algo que me cuesta. Eso de hacerle caso a mi Mini de dos años y medio, a veces en contra de lo que mi sentido común me dice, no me resulta fácil. No obstante, reconozco que en esta ocasión ha sido para bien.
Desde ese primer éxito usando el orinal, comenzamos lo que he llamado la “operación pañal”. Le explicamos (tanto en la guardería como en casa) que nos avisara cuando quisiera hacer pipí. (Y evidentemente no lo hizo).
Con el fin de minimizar al máximo los riesgos de escapes, los primeros dos días le ofrecía ir al baño cada media hora (si ves que es un desastre, lo acortas a 15 minutos, hasta que vaya controlando algo más). Unas veces accedía, y otras no. (Y otras muchas se me olvidó y tuvimos escape). Si su respuesta era negativa, intentaba persuadirle diciéndole que íbamos juntos con un libro, con la esperanza de que accediera y conseguir que al menos estuviera cinco minutos sentado antes de desistir. Si insistía en su negativa, lo aceptaba.
¿Qué hacer cuando se haga pis encima?
Alguna vez se hizo pis dos minutos después de haber ido al baño sin éxito. (Imagínate la gracia que me hizo). Entonces me esforcé en explicarle que eso (hacer pis), es lo que debería hacer en el orinal para conseguir no llevar pañal. No le reñí por haberse hecho pis encima, y sí le indiqué lo que tenía que hacer la próxima vez (avisar). Esto ocurrió varias veces la primera semana – paciencia -. Y pasado los primeros 5 ó 6 días, no volvió a ocurrir más. Pero no descarto que ocurra.
El pañal de noche
Todo el mundo a quien pregunté, coincidió en decirme que no tuviera prisa por quitarle el pañal de noche. Una vez que tuviera el tema controlado durante el día, podría ir a por las noches. La pauta a seguir es bastante fácil. Si observas que se levanta con el pañal seco, está preparado.
El primer día sin pañal, Mini C durmió con pañal. El segundo, me pidió que no se lo pusiera. Un sudor frío recorrió mi cuerpo visualizándome a las 2 de la madrugada cambiándole las sábanas y el pijama. Fue entonces cuando me empleé a fondo para convencerle de que dormir con pañal no era nada malo, y que no había que quitarse el pañal de manera tan radical. (Sólo me faltó ponerme yo también uno para que viera que no había nada malo en ello). El pobre Mini C accedió (raro en él con la cabeza tan dura que tiene). A la mañana siguiente, observé cómo estaba el pañal. Estaba seco. Esa misma noche me volvió a decir que no quería que le pusiera pañal, y le hice caso. Desde ése día sólo ha mojado la cama una vez, un día que estuvo enfermo con fiebre. (Y las dos últimas noches. Esto me pasa por hablar).
¿Qué te quiero decir con esto? Pues lo mismo que te dije al principio de esta ebtrada. Que no hay verdades absolutas ni en esto ni en nada. Y que yo tenía cero interés en que durmiera sin pañal y tenerle que cambiar las sábanas cada noche. Pero mira tú por donde, me equivoqué. Si no le llego a hacer caso, no sé el tiempo que el pobre Mini C hubiera seguido durmiendo con pañal sin necesitarlo.
¿Dónde está la clave del éxito?
Creo que la clave del éxito – tanto si eres madre en Alemania como en España – está en que tu Mini quiera dejar el pañal. Que salga de él o de ella. Mini C experimentó la alegría de todos cuando hizo pis en el orinal la primera vez. Era consciente de que la mayoría de los niños de su grupo en la guardería iban ya sin pañal. Se dio cuenta de que iba mucho más cómodo por la vida sin ese plástico alrededor de la entrepierna. O quizá se sintió “mayor” la primera vez que lo consiguió. La razón exacta no la sé, pero algo de esto o un cúmulo de cada cosa le despertó su interés. Y creo firmemente que una parte crucial para tener éxito con la “operación pañal”, radica en que tu Mini esté motivado para dejarlo.
¿Y si no está aún preparado?
Si pasada una semana no hubiese visto avances – o hubiese percibido alguna señal que me indicase que no vamos por el buen camino – lo hubiera pospuesto. Es decir, hubiese vuelto a ponerle el pañal sin mayor drama y lo hubiese vuelto a intentar tres o cuatro semanas más tarde. Al final la maternidad trata mucho de esto. Prueba y error, y rectificar.
Pues hasta aquí todo lo que he podido averiguar y vivir en primera persona sobre el maravilloso tema de dejar el pañal. La verdad es que ha sido mucho más fácil y rápido de lo nunca hubiese podido imaginar. Ahora el bolsillo notará la caída en picado de compra de pañales (aunque aún tenemos a Mini A). Así que todo ventajas.
¿Cuál ha sido tu experiencia con la “operación pañal”? ¿Algún consejo que se me haya pasado o experiencia para compartir?
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