¡Hola!
¡Qué raro se me hace volver a publicar! Llevo casi cuatro meses sin escribir en el blog ¡y empiezo a echarlo de menos! Es como si volviera a sentir otra vez su llamado.
De alguna manera sé que la vida me ofrece este medio como una oportunidad para compartir, para ayudar, para aportar mi granito de arena (pues todo grano hace playa). Pero para que todo esto tenga sentido tiene que ser coherente, resonar conmigo y conectarme con el corazón, no puede ser de otra manera.
Y necesitaba ese reset.
La renovación de la segunda maternidad
Te cuento que después de unos meses muy potentes, en los que esta nueva maternidad me ha traído renovación, despertar, meses en los que he buceado en mis aguas más profundas y oscuras (esos lugares a los que nos resistimos visitar pero que el puerperio emocional te lleva con tanta facilidad), me encuentro ahora en un presente cambiante, re-descubriéndome, una vez más.
Como buena sagitariana se puede decir que ¡estoy en pleno viaje interno!
Mi maestra de danzaterapia nos decía que para habitar plenamente la vida es preciso honrar lo que se acaba, los cierres. El cierre del Atelier ha sido más duro para mí de lo que esperaba, pero ahora veo con mayor consciencia que debía ser así, pues era un proyecto que ya no resonaba con mi misión o propósito de vida. Y esto me ha permitido acabar de soltar.
Y es que la consciencia trae consigo muchos tesoros, pero no necesariamente implica más felicidad.
La consciencia nos lleva de la mano a nuestras partes más oscuras, a veces en un proceso intenso y doloroso, pero también nos invita a mirarlas con compasión y tolerancia, a integrarlas, pues sin esa sombra no podríamos reconocer lo que ya no es, lo que ya se fue. Y lo nuevo que nace. Negarnos a esto es amputar parte de nuestro potencial, ignorando la plenitud de nuestra parte luminosa.
Esto hay que permitirse vivirlo para entenderlo, aunque la experiencia transformadora de la maternidad es una excelente oportunidad para ello. (Quizás en Mamamorfosis encuentres un punto de inicio.)
¿Me ayudas a definir el rumbo del blog?
Y en medio de este proceso hacia adentro he empezado a estudiar y practicar astrología psicológica, filosofía advaita y aromaterapia. Diferentes caminos que me están llevando por un sendero de desarrollo personal y autocuidado ¡increíble!
Porque un mensaje muy fuerte que me trae esta nueva maternidad es que “amarse es el primer acto de respeto hacia la vida” (la cita es de Gemma Rabionet). Y si no me conozco en profundidad, si no entiendo cuáles son mis necesidades vitales, emocionales y espirituales, si no las cuido y las nutro, si no me amo… ¿Cómo podré desplegar mi misión de vida? ¿Cómo podré entonces cuidar y nutrir entonces a mis hijos? ¿Cómo podré estar y sentirme bien?
Parece algo básico y que todos sabemos, pero ahora es cuando he acabado de comprenderlo. Porque este autoconocimiento es anterior, va mucho antes que el estilo de crianza, que el tipo de educación o metodología, o que los valores que queramos transmitir a nuestros hijos. Y como cada una de nosotras somos portadoras de una configuración energética única y exclusiva que solo nosotras mismas podemos entender e integrar, ¿en quién recae entonces la responsabilidad de desplegarla y vivirla plenamente?
Es por eso que sintiendo de nuevo el llamamiento del blog me pregunto si compartir todos estos conocimientos que están llegando con mucha fuerza a mi vida podría ser interesante para ti o no.
Permitiéndome hacer uso de la confianza que ya nos tenemos me atrevo a preguntarte ¿qué te gustaría seguir leyendo en el blog? ¿Qué necesitas encontrar en este espacio? ¿Qué es lo que más te ha ayudado, te ha servido hasta ahora de De mi casa al mundo?
¿Me dejarás un comentario en este post? O mejor incluso, ¿contestas este cuestionario anónimo?
Te lo agradezco de todo corazón. Tu respuestas van a marcar mucho el futuro de este blog y mi camino.
Gracias por seguir ahí. Un abrazo enorme. Nos leemos pronto.
Las personas que me rodean me aman tanto como yo me amo a mí misma. – Tierra de lunas
Aguamarina