Cuando el llanto del bebé ocurre, no es motivo de alarma de buenas a primeras. Es su modo de comunicarse. Tienen hambre, sueño, están mojados o tienen frío. A veces, simplemente necesitan compañía. Todos los padres y madres distinguimos a los pocos días de tener a nuestros hijos el distinto tipo de llanto.
Pero, a veces, el sollozo es distinto ya su propio llanto les crea ansiedad, nos traspasan sus nervios y nosotros se los devolvemos a ellos. El resultado es que a las tres de la madrugada ya le hemos dado el biberón, lo hemos cambiado de pañal, le hemos tocado su tripa a a ver si tiene gases, lo hemos acunado y nada funciona.
¿Te suena esta situación?
Bien, si este escenario te es familiar, hoy te dejo un truco sorprendente que aprendí hace muchos años para romper esa situación y que el bebé se tranquilice. Conseguirás con este sistema unos minutos, los justos para sacar al niño de ese estado de ansiedad y volver a realizar los rituales que le generan seguridad y tranquilidad necesarios para conciliar de nuevo el sueño. Tienes en el siguiente video el truco para conseguirlo. Espero, de todo corazón que te sea de utilidad.
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