Al vivir la experiencia con el equipo de @huerticaurbanard conocimos la posibilidad de reducir la contaminación ambiental y crear redes de apoyo social en comunidades de bajos recursos para trabajar en la seguridad alimentaria y nutrición favorable.
¿Por qué intentar explicar lo que es un milagro a tus hijos, cuando puedes ayudarlos a sembrar un jardín?
(Robert Brault)
Gran frase compartida en el Taller por Marvin Gabriel Maríñez.
¿Qué es un huerto y para qué sirve?
Profundicemos un poco el término «agricultura urbana»: puede ser definida como el cultivo de plantas y cuidado de animales en el interior de las ciudades. Anteriormente las familias tenían la oportunidad y la necesidad de utilizar sus áreas verdes para sembrar alimentos; esto se fue desplazando a las grandes ciudades. Hoy en día surge la necesidad de crear desde nuestras pequeñas casas o departamentos, adaptar y construir un seguro y divertido huerto urbano.
Imagina que te preparas un pequeño espacio, una terraza, un balcón con tarros o muebles hechos de palets. Con las condiciones óptimas podrás cultivar todo tipo de vegetales y plantas. Los productos obtenidos serán para consumo personal o para los miembros de la comunidad en caso de ser un huerto colectivo.
Beneficios de un huerto en familia:
Al asegurar parte de la alimentación de nuestra familia estamos aportando a la soberanía alimentaria de nuestro país.
Conocemos el proceso de cultivo de nuestro alimento y por lo tanto la calidad real de los productos.
Evitamos el uso a gran escala de agroquímicos tóxicos y potencialmente nocivos.
Aportamos a la economía local y familiar al dejar de comprar productos en las cadenas de supermercados (que venden en cantidades grandes con fundas plásticas).
Se aprovecha el agua de lluvia y la luz solar.
Además las plantas reducen el nivel de ruido y ayudan a contrarrestar la contaminación atmosférica.
Permite que los miembros de la familia se integren a la creación del proyecto, al cuidado e interés de generar y cuidar sus alimentos.
Podemos acompañar en el desarrollo de nuestros hijos, sembrando esperanza, confianza, sentido de pertenencia en el tema del cuidado al medio ambiente.
Otro de los beneficios que conocimos como familia, es el valor de respetar los ciclos de la naturaleza, regresar a lo que era saber esperar y valorar cada época del año, pues cada temporada tiene un fruto en especial.
Consigue tu propia motivación, asegura que tu pareja se sienta identificado/a, involucra a a tus hijos, claro, si es que los tienes. Crea el proyecto desde cero, imagina que al igual que nosotros te tomas un par de minutos para regar, abonar y admirar tus plantas, aquellas que nutren tu cuerpo infinitamente valioso para seguir cuidando cada paso que das por la Mamita Tierra.
Con el corazón en la Tierra y a caminar…
Ve a la acción, comparte lo que piensas, sientes y eres capaz de hacer.
¡Te esperamos!