8 puntos a considerar para que conquistes tu salud y la de tu familia.
Está claro que llegas a tener la sensación de no tener tiempo suficiente para desayunar y cenar, de aquí que dejas en manos de los cereales, lácteos, pan, embutidos y una larga lista de productos elaborados, estos productos que consumes contienen altas cantidades de azúcar añadida, colorantes, edulcorantes y las etiquetas «light» tampoco son favorables por que contienen los mismos añadidos que alteran el sabor natural de los alimentos y la famosa etiqueta que habla de «Súper Pasta fortificada con vitamina A y minerales.»Vives comprando e introduciendo a tu cuerpo productos elaborados y menos alimentos frescos.
Una de las alternativas saludables más comentada en estos tiempos, es consumir productos orgánicos, pero yo soy conciente de lo puede implicar para ti y tus recursos económicos, requieres de una inversión un poco más alta, en caso de no ser tu el o la persona que tenga huerto en casa o tenga un huerto comunitario.
En este caso lo que he aprendido de los grandes maestros de bienestar es que por lo menos seas consciente de los alimentos de temporada y consumir lo más local posible, de esa forma comprar local tendrás las ventajas de los alimentos frescos.
Estos alimentos frescos están en su presentación más original y no pasan por un segundo proceso pueden ser:
Frutas.
Verduras.
Germinado.
Legumbres.
Cereales integrales.
Semillas.
Carne animal
(en caso de consumir carne 1 ó 2 veces al mes trata de que sea local en un mercado y evita el súper mercado con grandes empaques plásticos).
Los alimentos fortificados y altamente vitaminados son en su defecto productos alterados ¿Qué es lo que los vuelve tan peligrosos?
Surgen de distintos procesos, mezclas y substancias, que a corto plazo reacción al instante pueden provocar alergias a los tipos de colorantes que utilizan para su producción, y que a largo plazo efecto por acumulación pueden dar la oportunidad a otras carencias de salud y estabilidad físico y emocional. Los productos contienen conservantes, azúcares añadidos y sus derivados primos edulcorantes; estos se pegan a tus células como una goma robando su libertad y asfixiándolas, matando sus funciones positivas en tu organismo.
Provocan descontrol en tu estado de ánimo, pérdida de apetito sobre alimentos frescos y ansiedad por comer hasta sentirte mal, generando ansiedad por consumir más azúcar, poco rendimiento mental, social, laboral, trastornos del sueño y tus finanzas.
El dejar de consumir azúcar en productos es todo un proceso, en mi caso llevo 8 meses y todos los días es una gran satisfacción el saber que soy conciente y capaz de disfrutar una postre sin caer en el circulo vicioso de los productos azucarados. Y mi familia va conmigo.
El consumo descontrolado de estos productos genera un condicionamiento en tu alimentación llevándote a buscar más y más azúcar en, galletas, embutidos, cereales refinados, pastas con sazón, bebidas y zumos. Algo que promete ser rápido sencillo y súper fortificado puede ser perjudicial para tu salud a largo plazo y justa mente por ser silencioso las personas poco conscientes siguen comprando, ¿pero tu que quieres conseguir?
Eres diferente de eso no hay duda y por eso aquí te comparto 8 puntos a considerar para que conquistes tu salud y la de tu familia.
Consigue Disminuir enfermedades que presenta la flora intestinal.
Gestiona la energía para tener mayor energía durante el día y menos recaídas causadas por los picos energéticos que causa el azúcar añadida.
Controla la energía de tus hijos, por ejemplo niños alterados desde sus emociones y su conducta.
Disfruta de ritmos de sueño más saludables, y consigue liberte de la poca reconciliación a la hora de dormir.
Controla la el gasto económico causado por la compra de productos para desayunar, merendar y picotear entre comidas.
Reduce la producción de basura y plásticos de un solo uso.
Crea conciencia de tus compras a granel y locales.
¿Te ánimas a vivir el gran impacto que causa cambiar tu alimentación?
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Besos.