Ya pasó el tiempo y nos han tocado experiencias de todo tipos con el tema del porteo. Ya las necesidades han cambiado y aunque mi pequeño tenía tiempo siendo porteado, a sus dos años de edad la experiencia es completamente diferente, no mejor, ni peor, simplemente diferente.
Aunque quisiera, ya no podía usar mi porta bebé rígido, ese en el que se tienen que armar el amarre y hacer nudos y nudos para atar al crío, sobre todo ese lío de tela ¡el tremendo peso del pequeño!
¡Así de claro, ya no podía!
Como familia buscamos una alternativa que nos ayudara a seguir porteando en ocasiones especiales y necesarias, con facilidad y comodidad.
Te mentiría si te digo que mi pequeño dura horas en la mochila evolutiva; pero es más sencillo bajarlo y subirlo si él lo desea; ojo y detalle, ellos y ellas son los que deciden si se quedan o se bajan, si es contra su voluntad entonces deja de ser una experiencia de amor, de apego y seguridad. Se vuelve hostil, casi un tormento de experiencia y dentro de una crianza positiva eso es todo lo contrario a lo que queremos compartir ambas partes.
Disfruta mucho de la oportunidad que te dan de compartir con ellos y ellas su presencia, su dulce y a veces inquieta compañía; no importa que duren 20 o 40 minutos colgados contigo o con papá en el porta bebés o en la mochila evolutiva.