¿Qué tipo de vida lleva alguien que se dedica a hacer miniaturas extremas?
¿En qué momento vió alguien un mosquito muerto y decidió convertirlo en arte?
¿Cómo lo hacen, si a simple vista no se ve un pimiento?
¿Por qué dedicarse a eso? ¿Seguirían los autores su gran pasión de la infancia?
Ni idea, no tengo respuesta a ninguna de ellas y me las planteo todas.
Museo de las miniaturas de Besalú
La primera sala no es tan alucinante como las otras dos pues son miniaturas de colección de las que muchas veces venden por fascículos. Y no las menosprecio, porque igualmente están cargadas de detalles muy finos. En esta primera sala puedes encontrar varias miniaturas de tiendas y oficios antiguos.
Realmente el museo no está muy orientado a niños pequeños, no se por qué, porque lo disfrutan igual que los grandes, pero si vas con un niño de 3, 4 años, mentalízate de que vas a tener que cargarle en brazos para que pueda disfrutar del museo. Da rabia pero es lo que toca.
Para motivar a Julio en la primera sala le fui haciendo preguntas sobre qué creía que vendían en cada representación, luego le pedía que me dijera dónde estaba tal o cual cosa. Así jugando disfrutó mucho más de cada representación.
La segunda sala recoge miniaturas que se pueden ver a simple vista pero que necesitan de una lupa para ver los detalles de cada una. Tienen bastante trabajo.
Si vas a visitar este museo no pierdas detalle en esta sala de la representación del Caballo de Troya, se lo debieron pasar pipa haciéndola, tiene una gracia oculta.
Por último en la tercera sala verás el más difícil todavía: joyas mega minúsculas, camellos en el ojo de una aguja, búfalos en el ala de un mosquito…todo tan mínimo que necesitas de un microscopio para ver los detalles de cada pieza ¡y qué detalles! La señora de la entrada ya te avisará amablemente de que los niños no deben mover ni tocar el microscopio que es muy caro.
Luego termina el recorrido por el museo, que no te deja indiferente aunque sepa a poco, te da la luz solar y te das cuenta del esfuerzo visual que has estado haciendo durante todo el recorrido entre el fondo rojo, la iluminación enfocada a las piezas del museo y el tamaño de las obras.
Merece mucho la pena ese rato tan corto y ese esfuerzo visual. Además con la entrada que cuesta 4,90 te hacen descuento en la visita al Museo del Juguete de Cataluña, que está en Figueres y aunque he vivido allí durante 3 años no he visto ni uno solo de los museos, ni siquiera el de Dalí. Son visitas que me debo, cuando las haga os lo contaré.
Aprovechando que estás en Besalú, date un paseo por el pueblo, cruza el puente medieval y no olvides visitar sus tiendas de artesanía, que son preciosas, aunque en casi todas vendan lo mismo. ¡AH! si puedes haz provisión de embutidos de la zona que están buenísimos.
Después de mi colaboración en el blog de Nuria: Tacones de Dálmata para dar visibilidad a la baja visión ( dale al enlace si lo quieres leer y date un paseo por el blog) , me gustaría comentar que este museo es una prueba más de que aunque el mundo es diverso, la sociedad no lo es.
No son pocas las personas que sufren algún defecto visual y en este museo no encontré nada orientado a esas personas, quizá la primera sala con miniaturas algo más grandes y la guía por escrito podrían ayudar, pero no disponen de audio-guías ni material que apoye de algún modo el objetivo visual del museo. Cuando tu visión es por ejemplo en tunel, difuminada o con manchas… únele una lupa o un microscopio y dos si lo deseas pero dudo mucho que se vea un carajo.
Si ya a mí con miopía y astigmatismo me costaba ver algunas de las obras porque mis gafas interferían con la lupa deformando la figura y salí de allí cual vampiro a mediodía, no puedo ni imaginarme si mi visión estuviera dañada por alguna de las múltiples enfermedades o defectos que causan baja visión.
Pero tampoco culpo al museo que es muy chiquitito y no debe disponer de una gran dotación económica, es solo que me da por pensar. Supongo que hay que ser selectivo y me dirás que directamente si padecieras baja visión ni pensarías en visitar este museo. Está bien, pero la civilización no avanza bien si quien tiene cualidades diferentes debe adaptarse privándose de ciertas cosas que deben ser accesibles a todos como el arte.
Es una realidad que el mundo es diverso y creo que bastantes dificultades tiene ya quien nace diferente como para que pidamos una adaptación sin aportar ningún elemento facilitador.
Aunque por otro lado gracias a las dificultades siempre surge del interior una gran fuerza y un tremendo espíritu de lucha que hace a quien es peculiar un superhéroe o superheroina dignos de nuestro respeto y admiración.
Espero que te animes a visitar el Museo de las Miniaturas, y que no te afecte lo que yo opine en cuanto a este tema de la diversidad. El museo está muy bien, escribo lo que pienso porque nunca se sabe si mi opinión en algún momento puede generar un cambio.
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