Tantas semanas pensando y planeando la Navidad y ¡Pluf! ha pasado volando, o eso me ha parecido.
Ahora toca ya pensar en la Nochevieja, en el año que entra, nuevos propósitos…
No es que me encante la Nochevieja, que me dice mas bien poco, no sé, yo no le veo el encanto de la Navidad.
Será por el recuerdo de mis años de juventud, en los que aguantar hasta la salida del sol en tirantes y con tacones de infarto era tradición. Cuanto dolor y cuanto frío pasé, brrr… solo pensarlo me duelen los pies y me entran ganas de ir de Nochevieja en bata y zapatillas, aunque sé que terminaré subida a unos tacones y caminando como los muñecos de Famosa cuando se dirigían al portal.
Por suerte la velada será tranquiliza y me tocará caminar bien poco y os aseguro que a la temperatura que tiene la casa mi querida suegra, antes de comer las uvas, estaré deseando salir al jardín en tirantes a por un poco de fresco.
Sea como fuera como a celebrona no me gana nadie, ahí ando pensando que hacer para que sea un poquito mas especial, sobretodo para que los peques participen y la disfruten al máximo.
Este año creo que vamos ha hacer una cápsula del tiempo.
En una cajita pequeña cada uno pondrá algo que para él sea muy especial, una lista de sus “favoritos” del año, de sus mejores momentos…
Y la guardaremos bien escondida para abrirla pasados algunos años.
Me parece una idea muy bonita para tener recuerdos que a veces se desvanecen con el paso del tiempo.
Hay mil maneras de hacerlas, se pueden usar botes de cristal, latas, botes…pero yo voy a usar estas cajitas pequeñas de SelfPackaging, porque me encanta el kraft y porque decoradas quedan muy monas.
¿Os animáis a guardar vuestros recuerdos y vuestros propósitos?