Llevaba unas cuantas semanas pensando en una nueva sección fija para el blog. De alguna manera estamos comenzando una nueva etapa. No, de alguna manera no, estamos de lleno en una nueva etapa. Hemos entrado de lleno en la escolarización y todo lo que trae consigo. Al llegar a los tres años las mamás comenzamos de nuevo a contar de la manera en la que siempre lo habíamos hecho. Hablo de como lo hacíamos antes de ser mamás, de quedarnos embarazadas. ¿De qué hablo? Je je je, cuando nos quedamos embarazadas el mundo y las cuentas giran entorno a las semanas, tenemos 8 semanas de embarazo, 22 semanas, nos queda 10 semanas para ver su carita...Y cuando llega ese pequeñajo comenzamos de nuevo con tiene tres semanas, acaba de cumplir 2 meses, 3 semanas y 4 días y así hasta que cumple los 36 meses. Pediatricamente nos dicen que ya tenemos un niño y no un bebé, aunque para nosotras lo siga siendo eternamente, y empieza la cuenta en años. ¡Hemos cumplido 3 años! El de vida nosotros en esta loca, difícil y bonita aventura que es la paternidad.
Con la llegada de los rebeldes 3 años, ¿no me digan que no se vuelven rebeldes sin causa?, pasamos por muchos cambios, ya hemos dejado atrás el pañal, somos bastante independientes, charlatanes incansables, corremos, saltamos, damos volteretas con total soltura, nos empezamos a quedar con todo lo que se habla y ,los papis hemos de poner cuidado para que su lorito no repita lo que no quieren que repita. Y cambiamos la guarde, los que han ido a la guarde, por ¡¡¡el cole de mayores!!! Y comenzamos de a poco, con ya conocidos periodos de adaptación que van acoplando a los peques al ritmo de su nueva etapa, permitiendo a los maestros conocer a los niños en pequeñas dosis, cambiando horas de entradas y salidas para que los niños cojan el ritmo.
Sí, el periodo de adaptación es bueno para ellos pero ¿y para los padres? ¿Qué hacemos los padres que no tenemos a nadie que nos pueda echar una mano? Yo este año he tenido que tomarme las cosas con humor y darle las gracias a esta maldita crisis y a estar trabajando en la empresa más grande y fuerte de España, (nótese la ironía), pensando yo que igual Bill Gates debería comprar acciones en la misma y subiríamos en la Bolsa, je je je, y así he podido adaptarme a las locuras de horarios durante esas primeras semanas de curso.
Ahora ya contentos todos y acoplados por completo a esta etapa. El piojo contento en el cole, con su seño, que ya entra en esos seres que lo saben todo, con sus nuevos amigos y yo encantada de tener tiempo para desconectar porque soy humana y necesito sentir este silencio únicamente roto por la voz de Ismael Serrano.Esta nueva etapa escolar en la que no soy ni alumna ni profe sino que soy la mamá de un alumno, el único papel que me faltaba por realizar, me doy cuenta de una serie de cosas que igual te pasan por alto en los otros dos roles. Ves los horarios con otros ojos, jornadas continuas o partidas, los uniformes cobran un sentido diferente, los odié como alumna y ahora los reivindico como madre, el AMPA (uffff...), las invasiones piojeriles (menos mal que mi piojo ya no dice que se llama así, je je je),las extraescolares... y un sin fin de temas que iré tocando los miércoles desde esta nueva sección.
Ahora te pregunto ¿cómo llevó tu peque el periodo de adaptación? ¿Y tú?
Besitos avainillados