Nos encanta viajar, la verdad.
Y hemos descubierto que los peques también disfrutan con ello, así que queremos aprovechar al máximo para disfrutar todos de esta afición. En el primer viaje fuera de España que hicimos, se me ocurrió esta idea, destinar un espacio de la pared de la habitación de los peques para que pusieran las postales elegidas por ellos mismos del lugar visitado. Así que la primera postal que eligieron fue unas postales de Londres.
En un espacio en la pared de cada uno, cortamos la letras que forman la palabra VIAJES en goma eva del color preferido de cada uno y lo pusimos en la pared con white tack, una especie de chicle blanco que permite pegar en las paredes cosas de poco peso y que luego se quita con facilidad.
Después hemos comenzado a colgar debajo las postales que adquirimos en cada lugar que visitamos.
La verdad es que, excepto la de Formentera, no hemos comprado ninguna de nuestras visitas por España. Tendremos que empezar a cambiar esto… jejejeje.
Así que ellos son los encargados de elegir la postal en la tienda, muchas veces de comprarla o pagarla ellos (les hace mucha ilusión) y después ya en casa, lo primero es escribir la fecha por detrás de cuándo realizamos el viaje.
Después yo les preparo el White tack por detrás en varios puntos, sin tapar la fecha y son ellos los que la ponen después en el lugar que quieren del trozo de pared dedicado a los viajes.
La peque también tiene su espacio y por supuesto hace lo mismo que su hermano. Intentamos que las postales no sean repetidas, porque así podemos tener diferentes aspectos característicos de donde vamos. De momento siempre ha habido consenso jajajaja.
Nos encanta esta idea y creo que vamos a seguir poniéndola en practica en todos los sitios a donde vayamos. De hecho tenemos que empezar a recopilar de los sitios que vayamos por España, para que tengan recuerdo de ellos también.
Las ventajas de un espacio así son muchas:
Forman más parte del viaje y de lo que se hace al ir a elegir esas postales de los lugares que más les ha gustado durante el mismo.
Interactúan con la gente de la zona si pueden ellos mismos comprar las postales.
Son responsables de las postales para que lleguen a casa sanas y salvas (jajaja).
Escriben fechas y recuerdan los días que nos fuimos al viaje, ya estando en casa.
Ubican sus postales en el lugar que deciden.
Y tiene el recuerdo de los lugares donde han estado todos los días en su propia habitación, solo mirando la pared.
Algunas noches aprovechamos para recordar donde estaba ese sitio, qué les gustó de él, cómo fuimos o cualquier cosa que les pueda hacer revivir el viaje.
Un espacio sencillo de preparar donde ellos puedan tener los recuerdos de sus viajes familiares a la vista.
¿Os apuntáis a tener una PARED DE LOS VIAJES?
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