Una tarde, una semana antes del día del padre por lo menos, se me ocurrió sugerir a los peques: “chicos, en breve será el día del padre, se os ocurre qué podemos hacerle para darle una sorpresa“. Empezaron a decir que si dibujos, que si una piedra recogida del campo, que si un beso y un abrazo, hasta que surgió la idea de crear un cuento. ¿Un cuento? pues me pareció muy buena idea. Pero tenía que ser un cuento que mostrara la esencia de cada uno de ellos en estos momentos. Pues nada vamos a ello.
Mi hijo mayor empezó como loco a redactarme la historia que tendría el cuento. Imaginaos a mí con el primer papel que encontré por la mesa y un lápiz con el que habían estado dibujando, escribiendo a toda velocidad cada una de las palabras que el peque decía. Pensaréis, y ¿por qué no sacaste el móvil y grabaste lo que decía? Pues sí, tenéis razón, pero todo sucedía tan deprisa que no me dio tiempo a reaccionar de otra manera.
Pues esa tarde se quedó toda la historia definida. Había encuentros con amigos especiales (dinosaurios, mariposas, dragones), casas, caminos, juguetes, carreras de coches, siestas, cenas y fiesta, mucha fiesta, jajajaa.
Lo siguiente era plasmar el cuento y darle forma. Así que decidieron que iban a usar hojas de colores para ello. Cortamos los folios de colores por la mitad y yo me encargué de escribir la historia en las hojas, en la parte inferior de cada una de ellas. Las dividí de manera que pudieran ilustrarlas con algo relacionado a lo que contaba en esa página.
Para las ilustraciones usamos dibujos hechos por ellos.
Recortamos imágenes que sacamos de Internet e imprimimos en folios en blanco.
Según cada una de las hojas y lo que en ella se contaba, fuimos pegando las imágenes de los personajes o de los elementos que aparecían en ella.
En cada una de ellas mi hijo mayor adornaba poniendo lo que él pensaba que quedaría mejor, además, imprimiéndole una fuerte huella de su esencia actual. Como por ejemplo, las carreras de coches, que le encantan y no podían faltar en el cuento y en la ilustración.
Mi hija pequeña mientras estaba también creando sus propias composiciones. Con pegamento en mano, iba reaprovechando todos los elementos y personajes que su hermano no quería para el cuento. Así le quedó una hoja chulísima llena de dinosaurios y caminos.
Las hojas las había perforado previamente, para facilitar luego el trabajo de encuadernarlo. Así pues, elegimos una hoja para la portada y allí escribió el título: “Cuento para papá”. Yo quise inmortalizar más el momento, poniendo dentro datos de los autores (los peques), la fecha y su edad.
Luego con la portada, pusimos unas tapas al cuento e incluimos tanto las hojas del autor principal, como las creadas por la pequeña autora y unos cuantos dibujos que habían hecho antes. Con ello, pusimos el gusanillo… bueno yo no, ellos, porque eso de rodar la espiral y que fuera metiéndose en los agujeritos de las hojas tenía mucha diversión.
Así pues, nos quedo un cuento muy simpático, original e ideado por uno de los peques e ilustrado por los dos.
Mirar que de contenido tan chulo:
El padre de los peques se quedó alucinado. Claro está que me dijo: “Está súper chulo, pero seguro que lo más chulo ha sido estar en el proceso“. Y tiene razón. Desde el momento en el que se puso a redactarme el cuento, pintaron hojas, definimos los objetos a buscar para recortar hasta cuando nos pusimos manos a la obra a ilustrarlo todo, cada momento fue divertido e increible, porque sin que yo dijera nada, salían las palabras que quería escribir, las decoraciones a incluir en las hojas y las piezas que iban componiendo cada parte de la historia.
Se que hubiera sido mucho mejor mostraros este post antes de que llegara el día del padre, pero primaba la sorpresa para el padre de los peques, que está al tanto de todo lo que se publica en el blog, así que no podía chafarle la sorpresa. A pesar de que salga a posteriori, seguro que os da ideas para hacer regalos especiales a personas que queréis y que les pueda encantar tener una creación así de vuestros peques.
Aunque sale pasado ya el día del padre, podéis aprovechar la actividad para cualquier momento.
Os invito a que probéis a hacer algo así en vuestras casas, porque veréis la imaginación que pueden llegar a tener, cómo enlazan la historia (que aunque a ti te parezca que no tiene un hilo conductor, sí lo tiene!!!!) y además, como disfrutan ilustrando cada hoja que forme parte del cuento. Una manualidad genial que además de imaginación, incluye todo tipo de actividades de manipulación y psicomotricidad (cortar, pegar, cortar, encuadernar….).
¿Qué os ha parecido? ¿Se os había ocurrido hacer algo así alguna vez? ¿Cuál ha sido vuestro regalo para el día del padre? O, ¿qué regalo habéis recibido por el día del padre?
Archivado en: A qué jugamos?