Empiezas a trabajar y te hablan de multitask, de lo importante que es, y eres feliz de ser capaz de hacer varias tareas a la vez, de aprender a hacer cosas que a lo mejor no te corresponden pero es que “eres polivalente” y “multitasking” ¿suena molón no?
Entonces te conviertes en madre y eso del multitasking no es que sea un orgullo es que es muy necesario. Escuchar/cocinar/recoger; amamantar/jugar, hablar/whatsappear/trabajar, hay miles de momentos en que, literalmente, estamos haciendo 20 cosas a la vez. Hasta hacer pis no se puede hacer solo! Mientras haces pis puedes estar jugando con uno de tus hijos, sacándole los mocos, o ves a saber tu! Si, sentada en el baño.
Y cuando los niños se duermen, una se sienta y se da cuenta de las 20 mil cosas que ha hecho en un día, y a veces a mí me ha pasado que más que una lista de cosas hechas sentía que el día había sido una nebulosa, donde hacía mil cosas pero no hacía ninguna. ¿te ha pasado alguna vez?
Empecé a pensar que esto de la multitarea, es muy útil en ocasiones, pero no debería ser nuestro “modus operandi” absolutamente todo el día. ¿Que pasa si hacemos cosas de una en una? Que pasa si, mientras jugamos con los niños o vemos una peli, dejamos el móvil aparte, lejos, donde no nos interrumpa. Que pasa si cuando les bañamos no hacemos nada más que eso, bañarles. Nos tomamos ese tiempo para observar como juegan, para jugar a salpicar con ellos, para que nos cuenten su día. Qué se yo!
Sé que esto no puede hacerse todo el día, y que seguramente tengamos momentos en el día como el que yo recuerdo esta noche: poniéndole el pijama a la terremoto pequeña mientras intentaba que la mayor se terminara la cena y escuchaba cómo le había ido el día al padre de las criaturas. O como ayer que mientras una me pedía que buscara un juguete perdido la otra quería que mirara como bailaba una nueva coreografía y la abuela de las criaturas me preguntaba si la podía ayudar a guardar algo en la cocina. Hay momentos en el inevitablemente haces dos o tres cosas a la vez sin poder evitarlo, como la imagen de Mamasutra que sigue, pues ya sabemos que es imposible ir al baño sin tener a alguno de nuestros hijos rondando.
Pero hay ratos que se puede, ratos en que es mejor no intentar hacer dos cosas a la vez. O que no es necesario hacerlo, pero lo hacemos como en automático. A veces he intentado dedicar un rato a escribir el blog por las tardes, cuando las pillo entretenidas con sus respectivos juegos. ¿funciona? No. Me doy cuenta que no me concentro en lo que escribo, pierdo el hilo, y ellas a la que me ven en otra cosa se desconcentran y vienen a buscar mi atención. Aquí tengo dos opciones: o intentar hacer malabares con el blog y atender a las pequeñas hasta empezar a resoplar por no hacer ni una cosa ni la otra. O bien, dejar el blog para el momento de silencio cuando ya están dormidas, y sentarme a su lado un rato. Curiosamente, pasarán de mi en cuanto lo haga, porque ya no necesitarán llamar mi atención. Muchas veces buscan solo presencia.
Viene a ser la idea de hacer las cosas de forma consciente, plenamente enfocado en lo que haces. Estas leyendo un email mientras tu hija te esta preguntando algo y por defecto dices “aja”, “si”, “bueno”. El email no se irá a ninguna parte. Y si bajas el teléfono, te pones a su altura, y la escuchas? Seguro que tus respuestas cambian, y el efecto en ella será distinto, la sensación de que tiene toda tu atención solo la perciben si de verdad les prestas toda la atención. Es una de las acciones que mejora la comunicación familiar.
Así que cuando estés en casa, descansa del multitasking, si no siempre almenos de vez en cuando: Para, y Escucha. Lo que tiene que decirte tu hijo es, seguro, más importante que cualquier email, whatsapp o video de youtube.
Pongamos un ejemplo que no tenga que ver con niños. Vas por la calle mirando el teléfono, poniéndote al día con facebook y twitter. Llegas al trabajo y seguramente no recuerdes ni el camino recorrido. Prueba, aunque sea un dia a la semana, a guardar el teléfono y observar el camino. Si estas en otoño seguro descubriras cómo han cambiado los colores de las calles, como se visten de hojas secas. si estás en primavera, seguro hay flores por todas partes! Tu camino del día a día a la oficina seguro esconde rincones bonitos que vale la pena observar! Hay muchos ejercicios de mindfulness que te ayudan a disfrutar de una caminata, de un café, de forma plenamente consciente.
Además, se han hecho estudios que demuestran que el multitask no es bueno para el cerebro. Al intentar hacer dos cosas a la vez, el cerebro se satura, y retiene menos lo que está haciendo (afecta la memoria), además de hacerlo con menos eficiencia. Tres desventajas del multitasking que san google me cuenta:
Problemas de memoria
Más estrés
Menor rendimiento y calidad en las tareas
Más irritabilidad
Aquí tienes un artículo que habla de ello por si quieres saber más.
Así que, ¿te parece que aparquemos la multitarea y disfrutemos de los momentos siempre que podamos?
Archivado en: Familia, Maternidad y Crianza