“En un lugar de La Mancha… fuimos a acampar bajo un árbol desnudo y un frío invernal”
Y es que no hay nada como disfrutar de un fin de semana en una finca acompañada de un grupo de amigos. Días de risas, comilonas y paseos. Días de guitarra, chimenea y picnic de invierno.
Un picnic para el que, si os digo la verdad, no nos alejamos mucho de la casa. Nos fue fácil llevar todas las cosas y volver si algo se olvidaba. La idea era aprovechar los pocos rayos de sol y la “no tan mala temperatura” que hacía para esta época del año para estar en la calle.
Los días son ya cortos y echamos de menos pasar tiempo al aire al libre, las tardes con los niños en casa se suelen hacer más pesadas. Unos días en el campo recargan pilas.
La ventaja de hacer un picnic de invierno es que no hace falta ir buscando la sombra donde cobijarse, no se necesita nevera, ni nos invaden los insectos que quieren nuestra merienda.
Un poco salado y un poco de dulce, mandarinas y frutos secos. El bizcocho y el pan hechos por mi amiga Ana que ya son un clásico en cualquiera de nuestras escapadas en grupo.
Estar abrigado mientras se siente el fresquito en la cara es una de las sensaciones más agradables, sobre todo teniendo algo caliente entre las manos.
Los niños corretean y entran en calor jugando para terminar la tarde calentitos y agotados junto a la chimenea.
El picnic termina en una breve excursión en la camioneta donde los niños disfrutan y se lo pasan en grande recorriendo los caminos de la finca y viendo los conejos correr entre los viñedos. Los más atrevidos viajan en el exterior.
La entrada Picnic de invierno aparece primero en Sra.Cricket.