Por si alguien se anima a hacer algo así en una camiseta, una gorra o en cualquier otra prenda, es muy sencillo. Y el resultado me ha gustado mucho, así que ya estoy buscando otras camisetas básicas sobre las que dibujar animales y otras cosas que le gustan. De entre todos los rotuladores para tela que estuve viendo por Internet, acabé decidiéndome por los de Giotto Decor, una marca que conocía por sus pinturas para bebés y me gusta bastante (por cierto que los encargué en Amazon).
El dibujo del tren lo saqué de internet, lo imprimí al tamaño que quería y lo calqué a lápiz (apretando fuerte) en un papel de calco o de horno. Pero cuidado, porque hay que calcarlo al revés, en el otro sentido (es decir, si el dibujo mira a la derecha, hay que copiarlo como si mirara a la izquierda). Es importante apretar fuerte con el lápiz porque después hay que transferir el dibujo sobre la camiseta con la ayuda de la plancha caliente, con cuidado de que no se mueva.
Con el dibujo esbozado a lápiz en la camiseta, toca repasarlo con el rotulador negro. Para que la camiseta no se mueva hay que sujetarla bien. Lo ideal habría sido usar un bastidor, pero yo me apañé con un trozo de cartón sujeto con unas pinzas. Esta es la parte más complicada, porque si te equivocas no hay vuelta atrás.
Después de rellenar los huecos con los colores, lo mejor es volver a pasar la plancha a la camiseta, para fijar el color. Si queda algún resto de lápiz, se borra en la lavadora.
Cuando terminé de dibujar y pintar el tren me quedé con ganas de más, así que terminé punteando en rojo las mangas de la camiseta, y queda mucho mejor. ¿Os gusta el resultado? A partir de aquí, imaginación: se pueden pintar las mangas, el cuello, poner letras o números de futbolista en la espalda…
¿Te animas?
La entrada Pintando una camiseta de niño aparece primero en Y, además, mamá.