Por ello, cada vez más, la música se incluye en la etapa preescolar gracias a sus beneficios en el desarrollo intelectual, sensorial y motriz de los más pequeños. Cuando se encuentran en etapa escolar, la música favorece y estimula la atención y concentración de los más pequeños, así como otras capacidades como la memora, el razonamiento o la síntesis. Todo ello hace que los niños que escuchan y estudian música tengan una mayor capacidad para el aprendizaje y tengan un mejor rendimiento en clase.
Sin embargo, no debemos limitar la música a las aulas. Y es que la iniciación escolar puede producirse en el propio hogar. Escuchar música en familia puede convertirse en una actividad muy divertida para los niños, además de fortalecer diferentes habilidades y capacidades que entran en juego con la música.
A pesar de que es importante escuchar distintos tipos de música para que los niños puedan aprenderlas, reconocerlas y disfrutarlas, sí que es recomendable que se empleen canciones infantiles, con letras sencillas y repetitivas. Y es que otra de las ventajas de la música se produce durante la etapa de alfabetización. A través de las canciones infantiles, el niño mejorará su habla y la comprensión de las palabras, ya que deberá cantar silabas rimadas de forma repetida. Ayudarles a seguir el ritmo, enseñándoles a dar palmadas también mejorará su capacidad motriz y a aprender los ritmos y cadencia de la música, potenciando su coordinación.