Partimos de que la fertilidad de los hombres se basa, principalmente, en la calidad y cantidad de sus espermatozoides. Cuando un hombre opta por la reproducción asistida, muy probablemente, sufra de varicocele, criptoquidia o tenga alguna infección en el tracto urogenital. No obstante, existen motivos menos frecuentes que pueden afectar a la esterilidad masculina como podrían ser la disfuncion sexual, los trastornos endocrinos o los efectos adversos derivados del consumo de medicamentos o alguna adicción.
Todos ellos, entrarían dentro de la normalidad en los casos de técnicas de reproducción asistida y pueden solucionarse con una ‘sencilla’ inseminación artificial. Solamente aquellos casos más severos, como la atrofia testicular, requerirán una mayor complejidad como la práctica del ICSI (Inyección Intracitoplasmática de espermatozoides), y otras técnicas ligadas a los progresos de la microcirugía y la reproducción asistida que permitan reparar la vía seminal y recuperar los espermatozoides del paciente.
Cómo detectar la esterilidad masculina
Los exhaustivos avances en el campo de la reproducción asistida han permitido que si se detecta a tiempo un problema de esterilidad masculina – ya sea mediante un test de calidad del semen u otros controles – éste pueda ser solucionado de manera parcial e incluso, total.
Esta evaluación de la calidad hormonal y seminal, irá acompañada de un examen físico completo para descartar posibles patologías causadas por otras vías, o factores externos, ajenos al sistema reproductor. Una vez realizado el análisis, podremos detectar si se trata de alguna de las causas más comunes entre los hombres que acuden a un centro de reproducción asistida:
Varicolcele: o dicho de otra manera, el mal descenso testicular producido por la dilatación de las venas, las cuales drenan la sangre de los testículos (localizándose en el 87% de los casos, en el izquierdo).
Criptorquídea: si se ha padecido este trastorno y no se ha tratado debidamente, sus efectos secundarios pueden recaer en la fertilidad masculina. Se trata de un descenso incompleto, a través del canal inguinal, de uno o ambos testículos hacia el escroto.
Enfermedades infecciosas: procedentes del tracto reproductor (y muchas veces, relacionadas con la transmisión sexual), como sería el caso de la epididimitis, orquitis, prostatitis y vesiculitis.
Disfunción sexual: producto de los efectos desencadenados por el consumo de medicamentos, drogas y tóxicos, así como la exposición a radiaciones o factores fuertemente contaminantes, y precedentes endocrinos o genéticos.
De modo que la disminución de la fertilidad masculina puede venir determinada por muchos factores que, en muchos casos, no acostumbran a tener una relación hereditaria ni genética, como se cree. Lo que quiere decir que, existe la prevención de la esterilidad del hombre. Y se debe promover su realización.
Se estima que uno de cada 20 hombres podría sufrir algún tipo de infertilidad que reduzca el número de espermatozoides en su eyaculación (solo uno de cada 100, carecería de ellos completamente). Es muy recomendable, entonces, realizarse alguno de estos controles – como el mencionado test de calidad del semen – en algún momento de la vida de todo hombre ‘sano’, con el objetivo de prevenir y corregir de manera precoz cualquier tipo de patología.
Sea cual sea el motivo de la infertilidad, hoy en día, seguro que existe una técnica de reproducción asistida a la medida de las necesidades de cada pareja. Ya que en la mayoría de casos, siempre se consigue alcanzar la fertilidad y con ella, el anhelado estado de embarazo.
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