De todas formas, que el niño empiece a andar antes o después incluye además cierto componente hereditario. Aunque parezca raro, si los padres comenzaron a caminar pronto, lo más probable es que el niño también lo haga, y a la inversa. No obstante, su complexión corporal y los estímulos que reciba por parte de su entorno más inmediato es lo que mayor medida le dará el empujón que necesita.
¿Sabias que…? Si se sujeta a un recién nacido por debajo de las axilas mientras está erguido, intenta avanzar apoyando sus pies en el suelo. Este reflejo se pierde en torno a los dos meses de vida.
Señales de que está a punto
Sus primeros pasos son el resultado de un proceso de preparación en el que el bebé tiene que ir superando varias etapas: desde poder dar la vuelta sobre sí mismo a sentarse o gatear y, por supuesto, mantenerse en pie.Así pues, a medida que vayas observando que tu hijo hace estos movimientos, puedes sospechar que no hace falta mucho para que empiece a caminar solito.
Si tarda, no debes preocuparte, pero siempre puedes consultar con el pediatra quien, analizando su desarrollo, te sacará de dudas.
¿Pueden los padres estimular al bebé?
En efecto, los progenitores pueden y deben ayudar al niño a andar, pero nunca forzándole. Así debéis hacerlo:No le dejéis en un parque del que no pueda salir. Es mejor colocar una manta en el suelo para que, desde ahí, se mueva libremente por el salón o la habitación. Procura, eso sí, que en la estancia no encuentre muchos obstáculos.
Antes de dar los primeros pasos debe mantener el equilibrio erguido. Para ayudarle, sitúa lo de pie ante ti, con los pies descalzos bien apoyados en el suelo. Ahora balancéalo suavemente de izquierda a derecha y a la inversa.
Cuando el niño ya se mantenga en pie, fomenta su confianza poniéndote frente a él, sosteniéndole con las manos y haciendo que avance hacia ti. Después, dale solo una mano y, lentamente, ve soltándolo pero sin alejarte, para que se acerque poco a poco. En el próximo intento, aumenta la distancia entre los dos.
Ante sus logros felicítale, pero no lo hagas constantemente, porque entonces la gratificación perderá valor. Si se cae, no muestre señales de alarma. Simplemente levántale o tómalo en tus brazos si llora.
¿Es imprescindible que antes de andar gatee?
Algunos niños echan a andar sin haber gateado antes, y esto no supone ningún problema. Sin embargo, el gateo —que suele coincidir con el tercer trimestre de vida—es un ejercicio magnífico, pues contribuye a fortalecer las piernas, a desarrollar la coordinación y la percepción de la distancia, fomenta el equilibrio, incluso ayuda a fijar la visión.Además, los bebés que gatean pronto ganan autonomía y seguridad en sí mismos, lo que les ayuda a andar con más facilidad.
Existen diferentes formas de gateo, todas ellas válidas y beneficiosas: hay niños que apoyan manos y rodillas en el suelo; otros hacen un movimiento parecido al del remo con las piernas mientras están sentados o se desplazan sobre la barriga; incluso hay bebés que gatean hacia atrás. Para estimularle en esta etapa, anímale a alcanzar objetos que le llamen la atención.
Cuando empiece a dominar la técnica, haz circuitos poniendo almohadones o peluches a su paso. En este caso los obstáculos le hacen ganar agilidad y seguridad.
El andador, en desuso
Muy de moda en otras épocas, el andador (conocido popularmente como taca-taca) ha dejado de utilizarse, y la mayoría de pediatras lo desaconsejan. Según un estudio de la University College de Dublín (Irlanda), en lugar de ayudar al niño a andar, este artilugio retrasa el desarrollo de sus capacidades locomotrices.Concretamente, hace que al pequeño le cueste mucho más aprender a permanecer de pie por sí mismo, a sentarse e incluso a agarrar objetos con las manos. Además, el uso del andador favorece malas posturas (el niño se inclina hacia atrás o hacia los lados para ponerlo en marcha). Sin olvidar que muchos bebés sufren accidentes al usar andador, ya que con el alcanzan velocidades que no pueden asimilar (de hecho, en Canadá se prohibió la venta de estos aparatos precisamente por este motivo).
Así pues, los especialistas son más partidarios de estimular el gateo para que los primeros pasos no tarden demasiado en llegar.
Mejor descalzo
En general, los expertos opinan que es mejor que los bebés aprendan a andar descalzos o con calcetines antideslizantes, recurriendo al calzado solo cuando el niño tenga que salir a la calle o cuando ya camine con seguridad. Para entonces, hay que elegir un zapato que quede por debajo de los huesos laterales de los tobillos (para que esto se puedan mover sin problemas).Por otra parte, la suela debe ser flexible y la plantilla interior plana, ya que el arco plantar aún no se ha desarrollado. En cualquier caso, nunca le pongas zapatos que tengan elevación posterior o una puntera pronunciada y opta por modelos que sean unos milímetros más anchos y largos que el pie.
Elígelos de materiales naturales (que permiten la transpiración) y procura que incorporen cordones o velcro. Los zapatos abiertos como los suecos no son aconsejables porque obligan al pie a hacer un sobreesfuerzo para mantenerlos sujetos.
La seguridad en casa
Cuando empieza a gatear (si lo hace) o cuando logre mantenerse en pie sujetándose a sillas y otros muebles, es importante que tomes medidas para evitar posibles accidentes: tapa los enchufes, mantén cajones y puertas cerrados con llave… Pero además, cuando sea capaz de permanecer erguido deberás cubrir los cantos puntiagudos de mesas y otros muebles con almohadillas especiales; y, por supuesto, proteger el acceso a escaleras y ventanas.No olvides tampoco que los objetos de cristal o muy pesados deben quedar fuera del alcance del niño.
Puedes ver el post Primeros pasos del bebé ¿Qué debes saber? en la web de BABYCOCINA.