Y la verdad es que, si somos sinceros, no ha sido nada que nos pillase de nuevas. Sobre los nueve meses, nuestra pequeña nos empezó a dar las primeras señales de que tenía ganas de empezar a caminar. Así que, agarrada a los más diferentes muebles de la casa, iba dando sus primeros pasos y sus primeras vueltas a la mesa de centro del salón. Un mes más tarde, con 10, Maramoto empezó a aguantarse de pie solita por unos segundos. Y con 11, como os he comentado al inicio del post, ha empezado a dar sus primeros pasos sin sujetarse a ningún sitio y no quiere otra cosa que caminar cogida de nuestras manos.
Ahora, vayamos donde vayamos, Mara quiere ir andando. Y si por alguna de aquellas no se acuerda y nos da por bajarla para hacer la gracia, se acabó. Ya no hay manera de devolverla a la mochila. Andar se ha convertido en una obsesión para ella. Y también, por qué no decirlo, en otro medio para demostrarnos que es una bebé con mucho carácter. Las cosas se hacen como ella quiere. Y si no, pues no se hacen. Y me va a servir el andar como ejemplo. La pequeña saltamontes nos ha puesto, sin decir esta boca es mía, tres condiciones inamovibles para sus primeros días como andadora. Y ojo con llevarle la contraria.
Ella anda con nosotros, pero sólo cogida de una mano. ¿Qué es eso de que sus papás la lleven cada uno de una mano? ¡Ni hablar! Que se vayan turnando si quieren, pero ella necesita una mano libre para poder investigar sin impedimentos cualquier cosa que se encuentre en su camino.
El que la lleve, la tiene que llevar cogida de su mano izquierda. Y si por alguna de aquellas te equivocas y vas a su derecha, no te preocupes que ella se encarga de recordártelo amablemente. La derecha es para investigar. Y eso es así. Innegociable.
Es ella la que te coge a ti. Y no hay más que hablar. Y si te da por llevarle la contraria, a los tres o cuatro metros se para, te suelta la mano y es ella la que se coge a tu dedo para reiniciar la marcha.
Y estas tres condiciones no son fruto de la casualidad de un día. Llevamos ya unos 15 desde que Maramoto decidió que era el momento de empezar a andar y desde entonces sus condiciones han sido inamovibles. Una bebé con carácter
¿Tienen o tuvieron vuestros hijos al empezar a andar alguna manía del estilo de las de nuestra pequeña saltamontes?