¡Hola, hola! Regreso por aquí después de unos meses de ausencia. Hoy quiero contarles mi proceso como #mamaemigrante y #mamaemprendedora.
El camino ha sido totalmente desconocido, lleno de aprendizajes, emociones y lo que le pueda agregar cada quien. Porque cada uno tiene su manera de vivir sus desafíos.
Por aquí les dejo algunos puntos clave de mi nuevo desafío (emigrar con hijos).
La adaptación:
Para poder sentirte bien en mi nuevo hogar lo primero ha sido conocer lo que pueda. Esto implica salir a lo desconocido, perderte y muchas veces sentir miedo (es normal). También adoptar palabras nuevas para hacerte entender, esto no implica perder tus raíces, sino simplemente conocer nuevas formas de decir las cosas.
Mis días son un remolino de emociones. He aprendido en este proceso de adaptación a conocerme más, tener que buscar la pausa que necesito y sobretodo cambiar un poco ese diálogo interno cuando lo que planeo no sale tan bien.
Trabajos:
Soy maestra y ahora más que nunca lo reafirmo; pero también tengo que sobrevivir en el camino nuevo que elegí vivir. Esto implicó confiar en lo que no me desagrada tanto hacer, limpieza de pisos y atreverme a emprender con bizcochos a domicilio. Les confieso que este tema es el que más me ha costado. Porque pienso que todo el mundo va a confiar en lo que digo, en mi experiencia como maestra, como madre y resulta que no ha sido así. Es un camino donde el valor de la humildad ha tenido que salir y el de la paciencia.
Hijos:
Mis hijos se han sentido en líneas generales muy bien aquí. Aunque cada uno vive su proceso de una manera distinta por el tema de edades. El grande que tiene 16 años al principio le resultó complicado integrarse al instituto (liceo) ya que llegamos en una fecha donde el año escolar estaba muy cerca de culminar. La pequeña con 8 años, parece que toda su vida ha vivido aquí, adoptó la escuela como su hogar y el avance académico ha sido impresionante. Siempre he pensado que mi actitud juega un papel importante en la adaptación de mis hijos. Aunque muchas veces estaba equivocada porque pensaba que mostrarme fuerte ante ellos era el mejor ejemplo. De esta manera negaba mi propio proceso y me llenaba de estrés y venían entonces crisis de ansiedad en todos sin quererlo y mostrando “fortaleza”.
Amistades:
En este camino puedo decir que me he topado con ángeles. Personas que con apenas hablar te brindar ayuda. En uno de los trabajos que hice de camarera, la compañera ecuatoriana ese mismo día me prestó un pantalón negro para comenzar a trabajar. En el colegio de mi hija tengo dos amigas que me escuchan y han sido ayuda para cuidar a mi pequeña cuando tengo que salir a trabajar. Personas que brindan su brazo y cariño sin tener años conociéndote; por eso me uno a la frase de los buenos somos más.
Amiga si quieres contarme de tu proceso como emigrante, deja aquí tu comentario y si tienes una pregunta donde pueda ayudarte también, me hace mucha ilusión leer sus historias. También te invito a estos eventos en España, dale clic y verás de que se trata ;)