En ocasiones no os dais cuenta que vuestras actuaciones como padres no son las más acertadas y afectan a las relaciones que creáis con vuestros hijos.
Alejas a tu hijo de ti cuando:
- Le gritas. En ese momento pierdes toda la razón que puedas tener, tan sólo por los malos modos que tienes de expresarte con él. Es mejor, siempre, tratar de hablar de manera calmada y dialogante. Conseguirás mucho más, tu hijo te respetará y no se sentirá humillado ni maltratado.
- Lo etiquetas. No hagas que tu hijo entre en la dinámica de creer o pensar que es tal o cuál cosa por que tu no paras de repetírselo. Puede ser bastante negativo y puede llegar a desmotivarle y que deje de intentar superarse.
- No lo escuchas. A menudo los padres piensan que a los niños en edades muy tempranas no se les debe prestar atención, ya que los temas de adulto son más interesantes. Estáis muy equivocados. Son esas edades tempranas( y cuánto antes mejor) cuándo se deben establecer las relaciones comunicativas con los hijos y deben mantenerse en el tiempo y madurarse. No creas que las primeras conversaciones serias que debes tener con tu hijo deben sucederse a lo 15 años, para nada. Los niños desde que aprenden a hablar buscan la comunicación, quieren contar sus cosas, sus historias en la guarde, que hacen con sus amigos.... y es ahí cuando los padres deben fortificar esos vínculos comunicativos.
- Lo criticas. Nunca critiques a tu hijo si piensas que no hace algo bien, mejor enséñale o razónale como debe hacerlo para mejorar. Él te lo agradecerá y la siguiente vez que tenga dudas te preguntará.
- Lo comparas. Parece común entre padres comparar a los hijos, sobre todo en la recogida de notas, en las reuniones familiares, escolares, entre padres..... No lo hagas, ni tampoco en casa con sus hermanos. Tu hijo es único y sus características también. Las comparaciones no te van a llevar a ninguna parte y tu hijo puede llegar a frustrarse.
- Lo ridiculizas en público. Y mucho menos creerse con el derecho de hacerlo con el niño delante y pensar que el niño no se da cuenta. Los niños tienen sentimientos y a veces los mayores nos podríamos sorprender de la cantidad de cosas que se dan cuenta los niños, muchas más de las que pensamos y muchas más que los mayores.. Hay veces que ciertos comentarios entre los mayores nos los podemos ahorrar.
- Lo castigas sin motivo. Esto hará que tu hijo se rebele, que se frustre y se desoriente al actuar los padres de forma desordenada y sin seguir ningún patrón ni tener un argumento firme en el que basarse.