Todo empezó el 16 de noviembre cuando la firma publicó una campaña llamada Balenciaga Gift Shop, que mostraba imágenes de niñas pequeñas con ositos de peluche vestidos con ataduras eróticas relacionadas a prácticas sadomasoquistas. Alrededor de las pequeñas también se podía observar parafernalia sadomasoquista además de copas de vino.
Días después se retiran las imágenes, pero el escándalo continúa cuando sale la campaña Garde-Robe 2023 (lanzada por separado el 21 de noviembre). Al hacer zoom a una de las imágenes que mostraba un bolso (de su colaboración con Adidas) se veía que éste estaba encima de algunos documentos que hacen referencia al caso Ashcroft vs. Free Speech Coalition de la Corte Suprema de EEUU. Un caso controversial en el que la Corte Suprema de EEUU anuló dos disposiciones de la Ley de Prevención de la Pornografía Infantil de 1996 por considerarlas “demasiado amplias”.
En este campaña también había otros objetos de utilería sumamente preocupantes como el libro The Cremaster Cycle de Matthew Barney, que hace alusión entre otras cosas a ritos satánicos y canibalismo alrededor del músculo cremáster, que es el músculo participante en la regulación del flujo sanguíneo, temperatura y descenso del testículo. Y el libro As Sweet as It Gets del pintor belga Michaël Borremans, cuya obra sumamente perturbadora ha sido descrita como “niños pequeños participando en actos lúdicos pero misteriosos con matices siniestros e insinuaciones de violencia”, por prestigiosas galerías de arte.
Pero como eso no es suficiente, los usuarios de twitter (ahora muchos entienden porqué la marca se fue de esa red social) encontraron en otra foto como parte de la utilería un diploma a nombre de John Phillip Fisher. Pedófilo acusado de abusar sexualmente de su nieta desde que ella tenía 4 años.
Expertos en publicidad y marketing a nivel global coinciden en que en este tipo de campañas TODO tiene un significado, incluso lo que no se ve. Por eso, pocos le creen a Balenciaga cuando señala que no se dieron cuenta pues para una marca tan prestigiosa y minuciosa nada de lo que aparece en una de sus fotografía publicitarias puede ser un error. ¿O sí?
Entonces ¿qué dijo Balenciaga? Balenciaga se disculpó por la campaña Gift Shop y prometió retirar los anuncios de sus canales de redes sociales., también señaló que tomaría acciones legales contra las personas y empresas que contrató para producir las imágenes. “Pedimos sinceras disculpas por cualquier ofensa que haya podido causar nuestra campaña navideña. Nuestros bolsos de peluche no deberían haber aparecido con niños en esta campaña. Hemos retirado inmediatamente la campaña de todas las plataformas”, decía un comunicado publicado en su Instagram. El mismo día, un poco más tarde sacaron una segunda disculpa abordando la campaña de Garde-Robe en sus historias de Instagram.
Sin embargo, estas respuestas fueron consideradas tibias y deshonestas por el público en general, ya que echarle la culpa y amenazar con demandas a los productores de la campaña que fueron subcontratados y supervisados por Balenciaga, es una forma de no aceptar su culpa y responsabilidad sobre los hechos. Se sabe que marcas como Balenciaga tienen muchísimos filtros de aprobación y revisan cada detalle de sus campañas minuciosamente, incluso los sets y todo lo que va dentro de ellos. Finalmente, también son ellos mismos quienes hacen la selección de fotos que serán publicadas.
Y ¿ahora?
Por ahora Balenciaga ha eliminado todas las fotos de su cuenta de Instagram y sólo ha dejado visible su comunicado de fecha 28 de noviembre. Sobre las demandas a las agencias subcontratadas, están en proceso y me imagino que pronto tendremos noticias. Sobre las personalidades alrededor de la marca, eso será en otro post.