Porque hoy no hay un tipo único de familia. ¡Qué buena noticia! Las monoparentales, las formadas por personas del mismo sexo, las interculturales así podríamos seguir enumerando muchos más formatos. Todos con un nexo común: ser un espacio de expresión de sentimientos e ideas en libertad y respeto. Un entorno donde el cariño y el apoyo incondicional entre sus miembros son indiscutibles.
Tan importante es la familia que se reivindica su valor desde organismos como la ONU o UNICEF. Un derecho de las personas, no solo de los niños, que debe ser puesto en alza. Aquí es dónde queremos incluir nuestra pequeña aportación: lo importante que sigue siendo nuestra familia cuando somos adultos. Estamos encantadas de recordarte los mil y un detalles que nos mantienen unidas a nuestra familia.
Un espacio dónde todos somos especiales
No encontrarás ni un solo experto en Psicología que no destaque la importancia que para nuestro desarrollo como personas tienen la autoestima y la seguridad en uno mismo. Desde el primer día, somos seres únicos y valiosos. Y, ahí están nuestros padres para que lo sepamos. Da igual que seamos hijas únicas o las pequeñas de varios hermanos. Nacemos y ya se nos recibe con todos los honores, se nos integra inmediatamente en la familia.
Los primeros pasos, empezar a hablar, el primer día de cole cuántas veces salen esos momentos en las conversaciones familiares. Cada uno de nuestros logros se comparte en reuniones y conversaciones. Recuerdo la primera vez que oí a mi padre orgulloso contado a sus amigos lo inteligente que era su hija, cómo había llegado a terminar su carrera y a conseguir su primer trabajo. ¡Me sentí el centro del universo! Una forma espontánea de hacernos importantes, un empuje impagable para seguir haciendo cosas.
Pues, es de esa manera tan natural y sencilla como vamos aprendiendo a desarrollarnos. El entorno familiar nos va proporcionando las herramientas que nos servirán para desenvolvernos en el mundo. Vamos practicando, sin apenas darnos cuenta, a manejarnos en todo tipo de situaciones. Desde las normas más cotidianas a los conflictos más serios. Siempre con la tranquilidad de que seremos escuchadas y con toda la libertad.
En casa, con nuestros padres, hermanos, abuelos, tíos y primos somos nosotras mismas. Sin vergüenza, sin tapujos. Cuántas veces estamos deseando coger ese teléfono para desahogar con alguno de ellos ese problema que nos está agobiando. Y es en ellos en quienes primero pensamos para celebrar un triunfo. Por no hablar de cómo sabemos que serán una tumba guardándonos ese secreto que les hemos contado.
Nuestra familia, sin duda, el lugar del que sacamos nuestros referentes. Nuestras primeras admiraciones son las que despiertan nuestros seres queridos. ¿O no te acuerdas de cuándo decías de mayor quiero ser como? Los consejos que siempre tienes en cuenta vienen de tu familia en muchas ocasiones. Y los abrazos que te reconfortan, lo mismo.
La familia crece a nuestro ritmo
Una de las mejores virtudes de la familia es que es tan amoldable y vital como nosotras. Seguro que te basta con mirar a tu infancia para ver los cambios. Todos sus miembros han ido evolucionando según han ido pasando cosas. Padres que moderan sus posiciones autoritarias cuando nos ganamos su confianza. Hermanos y hermanas que abandonan sus peleas infantiles para resolver sus roces mediante el diálogo. Los nuevos miembros que se van incorporando nos permiten descubrir nuevas situaciones, abren nuestra mente a cosas en las que jamás habríamos reparado.
Me parece un universo apasionante. Es que en la familia cabe todo y todo es posible. Un mini cosmos en el que se reproduce lo que sucede en el exterior. Solo con una ventaja, que se hace en un entorno de amor, en el que los lazos sentimentales son esenciales. No puedo imaginar un espacio mejor en el que los niños aprendan y se desarrollen. Esa es una de las cualidades que hacen de la familia algo único, un tesoro que debemos mimar mientras lo disfrutamos.
Mira estas citas de Wikipedia sobre la familia, como su misma definición variadas y muy heterogéneas. Interesantes sin duda, no que dejarán indiferente.
La oportunidad de vivirla
Después de ver cuántos y qué importantes son los beneficios que nos aporta la familia, ¿quién se resiste aún a vivirla? Se trata de mantener esa convivencia pese a que nuestras circunstancias vayan cambiando según nos hacemos adultos. Sabemos que el día a día, con nuestras agendas plagadas de actividades, parece jugar en nuestra contra. Sin embargo, tú ya nos has visto siempre buscar soluciones a ese tipo de dificultades.
Empezamos por recordarte que cantidad y calidad no son equivalentes. Por eso, si dispones de poco tiempo para pasarlo en familia, no desesperes. Basta con que aproveches y disfrutes cada segundo que puedas dedicarle. Que te lo tomes como un momento único, sin reservas, sin limitarte.
Tampoco la distancia debe ser una traba insalvable. Estamos rodeadas de herramientas tecnológicas al alcance para “conectarnos” con nuestros seres queridos desde cualquier rincón del mundo y en cualquier momento. Tan sencillas en su manejo que todos podemos usarlas. Abuelos y nietos se ven y charlan por videoconferencias todos los días, por citar una de las nuevas formas de comunicación.
Al final, nos gustaría que te quedases con una idea básica que resume todo nuestro planteamiento. Necesitamos a nuestra familia tanto como cuando éramos niñas. No olvidemos que nos responderán sin pedirnos nada a cambio. Es sencillo, ¡nos quieren! Y, ¡les queremos! No son frases hechas, es algo que comprobamos en lo cotidiano. La verdad es que somos afortunadas y podremos seguir transmitiéndolo a los que vengan detrás con la misma intensidad.
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