Algunas personas pueden pensar que la seguridad y la tecnología en el hogar puede ser simplemente caprichos electrónicos, como ordenadores de última generación, móviles tan modernos que a veces creo que ni están en el mercado todavía, (ahora están detrás del Ipad Apple) no dudan en hacerse con productos de seguridad para sus bebés.
Por ejemplo, dentro de la seguridad y tecnología en el hogar se inventó un vigila bebé con cámara incorporada, que no es más que el sofisticado avance de los ya anticuados intercomunicadores que se empezaban a usar en los 90 y que, interferencia incluida, servían para escuchar si un niño lloraba de una habitación a otra. Gracias a la tecnología, ahora también los papás pueden disfrutar del sueño de su hijo y todo con una eficacia a prueba de bombas. En verano compraron una alarma de sumergimiento para la piscina. Consistente en un dispositivo que da la voz de alerta cada vez que un cuerpo de más de 6 kilos se sumerge dentro del agua.
Pero ya contaban con otros productos de seguridad, como los topes para cajones, aptos para que los niños no los abran y se pillen los dedos o encuentren dentro objetos peligrosos. Y también luces de noche con sensor, que además de funcionar como enchufe, son absolutamente seguros para los niños, y además,como su propio nombre indica iluminan la estancia suavemente,a gusto de todos. En fin, que supongo que estas cosas no se pueden juzgar objetivamente hasta que se es madre o padre. ¿Qué pensáis?
¿Dónde veis que está el límite entre apostar por la seguridad y obsesionarse con todo artilugio tecnológico?
Fotos. Ikea, Glfventure, Tienda Philips.