Seguro más de uno de vosotros ha deseado en estas vacaciones volver a la seguridad que nos proporciona la rutina diaria que se ve completamente alterada en época de vacaciones. Tanto tiempo preparando el viaje o las vacaciones de nuestros sueños y al final de ellas estamos deseando volver porque los niños, amigos y familia han crispado nuestros nervios.
Al final de las mismas acabamos por decir “Una y no más”. Pero parece que no aprendemos y seguimos cayendo en el mismo error verano tras verano.
VACACIONES RURALES CON AMIGOS Y CON NIÑOS
¿Quién no ha soñado alguna vez con vivir una experiencia maravillosa junto con los amigos de la infancia y sus pequeños retoños en una casa rural durante un fin de semana?
Una amiga me contaba su experiencia veraniega con este tipo de pack y al final como dice ella “acabé haciendo de niñera de los hijos de una amiga que se dedicó a tomar el sol en la piscina de la casa rural y a disfrutar de la lectura de un buen libro”. La chica tiene dos niños pequeños y a mi amiga le dan pánico las piscinas así que, además de vigilar a sus 3 hijos, le tocó el papel de nanny de los otros dos.
Aparte de esta familia, había una pareja de amigos (estos sin hijos) que decidieron tomarse el término “vacaciones” muy en serio y dejaron a los demás las labores del hogar para el resto. Esto crispó la paciencia del grupo haciendo que la pareja tuviese que abandonar la casa antes de tiempo por los reproches generalizados del resto.
¿De verdad merece la pena???
VACACIONES FAMILIARES. EL CAOS REINA EN LA CASA
Esto os lo puedo contar de primera mano porque es lo que este verano hemos vivido en una parte de nuestras vacaciones. Cómo todos los años, decidimos disfrutar de unos días en el pueblo con los niños para que estuviesen todos juntos y vivir unos días inmersos en la paz rural.
Nada más lejos de la realidad. Desde el primer día se vivieron momentos de tensión tanto por parte de los niños como de los adultos generando un estrés y ansiedad que acabó con algún que otro miembro de la família en el médico. Los niños reclamaban la atención continua por parte de los adultos y, ¿que mejor forma de hacerlo que pegándose entre ellos y acusando a diestro y siniestro sobre las fechorías que unos y otros iban cometiendo?
El error nuestro fue en parte intentar posicionarnos a favor de nuestros hijos en vez de hacer piña como adultos. Al final la historia ha acabado con reproches y enfados por todos los miembros de la familia.
Conclusión: Los adultos debemos llevar las riendas siempre y ser objetivos con el trato que damos hacia todos los niños de la casa ya que por un lado, los que se ven beneficiados de esta situación aumentarán su poder de manipulación sobre el adulto mientras que el resto se verá perjudicado por las diferencias que, inconscientemente hemos creado hacia ellos.
VACACIONES ABUELOS VS PADRES
Es cierto que los abuelos son el pilar indiscutible que sustenta el crecimiento de nuestra sociedad ya que sin ellos muchas parejas ni se plantearían la posibilidad de ser padres pero optar por unas vacaciones mezclando abuelos y progenitores puede ser un cocktail molotov difícil de digerir.
Aquí la peor parte se la suelen llevar los padres ya que durante todas las vacaciones sufren el riesgo de ser reprochados por todas las actitudes que hagan hacia sus hijos. Que si los mimáis demasiado y le dais todos los caprichos, que no le castiguéis de esta forma, la educación que les estáis dando, vaya comidas que haces….y un sinfín de cosas que harán a los padres desear que terminen cuanto antes esas vacaciones.
Entonces, por qué nos complicamos la vida de esta forma sabiendo que la historia va a acabar mal. El ser humano es asi: es el único animal que tropieza siempre con la misma piedra…
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