Soy feliz cuando despierto por las mañanas y me encuentro que me regalas sonrisas. Y últimamente carcajadas.
Soy feliz cuando veo que cada día descubres algo nuevo. Ahora has descubierto que tienes manos ¡y como te gusta mirarlas y chupetearlas!
Soy feliz cuando nuestra rutina nos hace feliz a los dos. No necesitamos más, solo saber que viene después y disfrutarlo. Aunque ese después solo signifique sentarnos a conocernos.
Soy feliz cuando veo que cada día estás más regordete, que nuestra lactancia está siendo buena y estamos disfrutando los dos. Para mi era muy importante.
Soy feliz cuando veo que por fin te has dormido, que caes rendido cada noche. Te quiero mucho, pero también necesito descansar.
Soy feliz cuando veo que no me pierdes de vista, que vaya para la cocina, esté en el ordenador o desaparezca un momento, tu estás con tus ojitos controlándome. Empiezo a pensar que ya no soy solo alimento, sino también mami y que eso significa mucho más que comida.
Soy feliz cuando te quedas tranquilo con tu padre, cuando os veo disfrutar viendo los dibujos juntos o cuando te hace perrerías. También lo paso mal (no voy a decir que no) pero sé que necesitas marcha y yo siempre te voy a tratar como si fueras un recién nacido.
Soy feliz cuando descansamos los dos, pegaditos y sin necesitar nada más. Solo mirarnos e ir cerrando los ojos, en nuestra cama. Sé que ya duermes tranquilamente en tu cuna, pero déjame disfrutar de esos momentos un poco más.
Soy feliz cuando pasan los días y veo que te haces mayor, que ya no eres ese ratoncito que pesaba tres kilos (has engordado más de dos en nada de tiempo) y se le caía la cabeza. ¡Ya tienes tu genio y sabes lo que quieres!
Soy feliz cuando veo que tu eres feliz.
Y a ti ¿que te hace feliz?
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