Esto de ser mamá de dos adolescentes es muy divertido y sobre todo en las vacaciones, ya les he comentado que tengo dos hijos, el grande la verdad es que siempre se va con su amigos al boliche, a comer, al cine o se juntan en alguna casa para ver el fútbol a jugar un partido.
La menor generalmente anda conmigo y eso me encanta porque vamos juntas al salón, nos hacemos las uñas, nos cortan el pelo, salimos por un frapuccino, en fin, esta clase de intercambio entre mamá e hija es muy padre, la verdad me llena mucho corazón, ahora se ha ido de viaje con una amiga muy querida y espero que regrese la semana que entra ya de forma impaciente, la extraño muchísimo, se fue como mi otra mitad.
En vacaciones generalmente vemos muchas películas y ahora que ya está más grande empezamos con las series, no paramos y las comentamos de forma entusiasta, ahora estamos viendo dos al mismo tiempo, entonces una tarde es de una la otra es de otra y bueno ya me quedé picada y sin ella en casa me tendré que aguantar para poderlas ver, en cuanto regrese se que tendré la mejor compañía del mundo: mi hija.
Pasar tiempo con mis hijos es el regalo mas grande que la vida me puede dar, la bendición que Dios me entrego justo en el mejor momento.
A los 40 siento que mi familia ha evolucionado, estas vacaciones son prueba de ello, ya salen de viaje sin mi, ya no me angustio tanto pues se que están bien formados en valores y estoy segura que saben como comportarse, si se equivocan están en tiempo de darse cuenta y cambiar sin tanto drama, ellos crecen y yo junto de la mano de mis niños.