Para hacer esta actividad tan sencilla solo se necesita un folio y muchos rotuladores de colores.
La idea es que comiencen a dibujar ellos mismos puntos de diferentes tamaños, de muchos colores, repartidos por todo el folio.
Cuanto más lleno el folio de puntos de colores, mejor. Y desde luego, cuanto más variados los colores, también mejor. Tiene que haber muchos puntos de cada color, para que puedan establecer relaciones después.
A continuación con un rotulador de un solo color tienen que unir los puntos del mismo color, intentando pasar por los huecos y no tocar los puntos de otros colores.
Este es un ejemplo de folio con puntos de colores que podéis preparar, por ejemplo para niños más pequeños podéis hacerlo vosotros y que una los puntos del mismo color. En el caso de que les guste crearlos ellos, les podéis dejar que se inventen los puntos por todo el folio.
En el caso de mi hijo, decidió usar el rotulador del color correspondiente a los puntos a unir, de esa manera quedaban caminos integrados, todos formados por un color.
Lo divertido es ver cómo resuelven situaciones con puntos con colores muy juntos, huecos pequeños por los que pasar y cruces entre caminos de diferentes colores. La verdad es que también hay un gran trabajo de psicomotricidad fina detrás y mucha atención y observación.
En el caso de mi peque mayor, nos quedó este pedazo de laberinto de colores, que además de divertido ha quedado muy muy artístico, ¿no creeis?.
Ya tenéis una actividad súper sencilla de preparar para cualquier tarde en casa con los peques.
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Archivado en: Aprendo Jugando