Aunque muchas veces esto es muy complicado, porque para que esta jornada continua sea aplicada, debe haber un consenso entre padres y profesores. Así, para salir aprobada, al menos dos tercios de los padres del centro deben votar a favor. Claro que aquí comienza el problema cuando los padres empiezan a preguntarse qué es lo mejor para sus hijos.
Yo creo que todas hemos oído muchas teorías tanto a favor como en contra de la jornada continua. Hay opiniones que aseguran que así se puede aprovechar más el tiempo por las tardes, que aumentan las relaciones familiares.. Por otro lado, otros aseguran que los niños rinden más por las mañanas, que después de tantas horas se pierde la concentración y que los peques necesitan ese descanso de la comida que, además, no se puede retrasar tanto.
Sin embargo, lo cierto es que no existe un estudio totalmente acreditado que defienda o ataque esta jornada. Aunque, por ejemplo, en el blog Educación y Jornada escolar podéis encontrar mucha información útil al respecto.
¿Vosotras que opináis? ¿Jornada continua o partida?
Fuente: Emily Quinlan