1.Asegúrate de que tu hijo esté en una silla de coche adecuada. Si eso significa perder el contacto visual con su asiento orientado hacia atrás, se puede colocar un espejo en el asiento trasero. De esta manera disfrutarás lo mejor de ambos mundos: puedes ver a tu hijo (¡y viceversa!) y el transporte es seguro.
2. Ten en cuenta la altura y peso del niño y garantiza que sus dimensiones son adecuadas para el asiento en el que se encuentra. La nueva normativa i-Size (R129) obliga a viajar a los menores de 15 meses de espaldas a la marcha para una mayor protección en la cabeza y en el cuello, así como el uso de sillas de coche para niños con una altura de hasta 105 cm de cara a la marcha.
3. Transporta a los niños mayores (de 4 años a aproximadamente 12 años) en asientos de seguridad diseñados específicamente con respaldo y soporte para la cabeza. En la mayoría de los países, los niños han de viajar en una silla infantil homologada hasta que miden 135 cm. Algunos países especifican que la altura sea de 150 cm.
4. Si fuera necesario viajar con una silla para el coche en el asiento del acompañante, asegúrate de que el airbag esté desactivado (para los asientos de automóvil orientados hacia atrás). Si no, las instrucciones para apagar los airbags se pueden encontrar en el manual de seguridad de tu automóvil.
5. Comprueba que la sillita para el coche esté correctamente instalada (especialmente para las variantes con cinturón, no ISOFIX). Asegúrate de que el cinturón que pasa por encima del regazo se ajuste correctamente a través de las guías de la silla infantil, y que quede por encima de las piernas de tu hijo.
6. Es importante aplicar correctamente el arnés del asiento. La regla general es que la tensión en el ancho del pulgar sea ajustada. Confirma también que los arneses pueden deslizarse fácilmente hacia delante y hacia atrás a través de las ranuras de los hombros. Para que el movimiento sea suave, la hebilla del cinturón ha de estar aflojada por completo.
7. Planea paradas regulares para que los niños puedan correr y jugar durante un tiempo breve. Si se realiza un viaje de más de dos horas, hay que hacer varias paradas en función de los kilómetros que se vayan a recorrer. No es necesario hacerlo cuando los niños lo soliciten por necesidad: correr, tener contacto físico y estirar las piernas hará más ameno el viaje y les sacará del aburrimiento.
8. No olvides el pasaporte y cualquier medicamento que tu niño requiera. Es necesario tenerlo a mano por si se necesita a lo largo del trayecto debido a las largas horas en coche. También hay que tener precaución con la temperatura interior del vehículo para evitar futuros resfriados.
9. Lleva siempre alimentos y bebidas para la carretera. Los niños cuando están hambrientos dificultan la convivencia durante el trayecto. Picar algo les ayudará a aliviar el aburrimiento y levantar los ánimos. Sobre todo, hay que llevar alimentos ligeros y saludables evitando productos que ensucien, como los fritos o el chocolate.
10. Los juguetes son un requisito clave para un viaje agradable. Asegúrate de tener el peluche favorito de tu hijo a bordo, o mantenerlos entretenidos proponiendo juegos en familia, como por ejemplo, el Veo, veo, o adivinar objetos o personajes a través de pistas. Esto ayudará a mantenerles distraídos y además desarrollarán su imaginación.
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