Por: Jorge Alberto Flórez Culman (Sociólogo e investigador, Gerente Técnico de la Corporación Juego y Niñez)
Jugar con los niños y niñas, quitarse las etiquetas de la seriedad y de formalidad para ponernos al nivel de ellos; encontrarnos en el juego, permite que entendamos de una vez por todas que ellos son sujetos de sus derechos, que piensan, que sienten, que sueñan y que también pueden enseñarnos mucho.
El mundo de los niños y las niñas está al alcance y siempre abierto para que todos los adultos hombres y mujeres participemos y disfrutemos de su riqueza y de su capacidad de transformar el mundo. La llave de acceso a su mundo está en la posibilidad de establecer una relación genuina y horizontal desde el juego.
Existen diez razones sobresalientes que nos explican por qué jugar con los niños y las niñas es el camino más saludable para una sana relación para toda la vida:
1. Jugar te hace feliz, todos los seres humanos hemos jugado alguna vez en nuestras vidas y ello ha permitido que experimentemos la alegría y el goce. Pero más allá, el solo hecho de jugar permite que los niños y los adultos sean más felices y tolerantes, espontáneos, emotivos, y permite expresar más fácilmente las emociones ayudándoles a tener más éxito en todas las cosas que emprendemos cotidianamente. Cuando juegas ríes, te pones alegre, te olvidas de las preocupaciones y urgencias del momento, de hecho, el tiempo transcurre más rápido y fácilmente nos dejamos llevar por su ritmo y atmósfera.
2. Jugar con los niños y las niñas es compartir tiempo de calidad en familia, no significa para nada perder el tiempo, pues al contrario de lo que habitualmente pensamos, el juego entre adultos y los niños crea un escenario de comprensión y comunicación que fortalece los lazos familiares, además de generar momentos significativos e importantes, únicos e irrepetibles para siempre.
3. Todos los eventos significativos positivos de la infancia están relacionados con momentos de juego y en compañía de los seres más queridos. Haga este simple experimento y traiga a la memoria un recuerdo feliz en su vida de cuando era pequeño y notará que rápidamente lo asaltarán los momentos de juego con sus hermanos, con sus primos, con sus compañeros de colegio, en algunos momentos con su papá y su mamá, si jugó con ellos. Las razones no requieren de muchas explicaciones, pues está comprobado que el juego en los niños y las niñas genera confianza en sí mismos, fomenta la autoestima y fortalece las relaciones intrafamiliares.
4. Jugar potencia el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, porque a través del juego, aprehendemos más fácilmente a compartir, a expresar las emociones, a sentir y comprender el dolor y la tristeza propia y de otros, a comunicarnos y saber expresar lo que sentimos y pensamos, a ser solidarios, entre muchas otras cosas que aprendemos por el sólo hecho de jugar. Y lo más importante es que todos estos aprendizajes se ha comprobado que perduran para toda la vida.
5. El juego en los niños y las niñas fomenta el aprendizaje y fortalece la creatividad, generando mayor éxito en la vida escolar, puesto que en el juego, se combinan todos los aspectos de los desarrollos humanos tantos físicos como cognitivos, afectivos y sociales.
6. El Jugar es una actividad enriquecedora para la vida de los niños y las niñas, y lo mejor de todo no cuesta nada, jugar no constituye una carga, al contrario, posee un carácter liberador y terapéutico incluso para el bolsillo, es bien conocido que el tener muchos juguetes no hace a los niños más felices, pues para ellos el juguete es un objeto entre muchos otros. En cambio el jugar con su papá y mamá, con sus hermanos o con otros niños es más significativos y de mayor valor. Los juguetes pueden ser los elementos de nuestra cotidianeidad que se transforman en herramientas lúdicas las cuales podemos disponer en el juego en todo momento.
7. Jugar es muy sencillo y no se requiere de ser un experto, basta con la sola disposición y voluntad para hacerlo, los niños lo saben y siempre están atentos y dispuestos a jugar. Para los adultos que ya nos hemos endurecido y nos cuesta, déjense llevar por lo que le proponen los niños y las niñas, ellos son los verdaderos expertos.
8. Se puede jugar el cualquier momento, a cualquier hora y en cualquier lugar, en la casa, en el parque, en el cuarto, de camino a la escuela, en la noche después del trabajo, a la hora del almuerzo, dedica al menos de diez a media hora de juego con tus hijos. El tiempo y el lugar no deben ser excusas para compartir con tus hijos, coloniza los espacios y los tiempos con el juego hasta que se convierta en un hábito para tu vida, así como es necesario trabajar y estudiar, jugar también es una necesidad para todas las personas especialmente los más pequeños.
9. Celebrar jugando es el mejor homenaje a los niños y las niñas, porque ellos sienten que estas aquí y ahora con ellos, compartiendo realmente, escuchándolos. Además, es la mejor manera y la oportunidad para que se sientan queridos y respetados. Habitualmente pensamos en lo que quisiéramos para nosotros y lo transferimos a los niños, pero no tenemos en cuenta sus puntos de vista y sus opiniones, lo que realmente quieren. Los niños y las niñas te demandan pero no de cualquier manera, date la oportunidad de ponerse en su lugar y de repente te encontraras en medio del juego.
10. El juego es un derecho fundamental para los niños y las niñas, y no es simplemente porque la ley obliga, sino porque somos seres sensibles y de pensamiento, por ello podemos entender y comprender que cuando los niños y las niñas juegan desarrollan todo su potencial y logran ser lo que quieren ser. El derecho a jugar se volvió imperativo cuando las personas adultas pusimos mil excusas para evitar que los niños y las niñas jugaran en libertad y en condiciones de dignidad y respeto. Es sabido que uno de los mejores indicadores del bienestar en un niño es cuando este juega de manera natural y espontánea, y nos preocupamos cuando no lo hace. Facilitar y potenciar el juego es ahora un reto y compromiso con los niños y las niñas de toda Colombia y el mundo.
La invitación es a que nos encontremos en el juego. La importancia de tener en cuenta a los niños y las niñas radica en que todos los adultos hombres y mujeres, papás, mamás, tíos, tías, abuelos, docentes, servidores públicos, y todas las personas que rodeamos a los niños y las niñas, tenemos una responsabilidad y una oportunidad de volver a jugar con nuestros niños.