También es importante que los adultos dispongamos de un tiempo exclusivo para hacerlo con ellos. A continuación se exponen diez razones para no perder esta oportunidad:
Jugar con nuestros hijos genera un escenario de comprensión y comunicación, y potencia el aprendizaje espontáneo. De ninguna manera puede considerarse tiempo perdido
Fomenta la auto estima de los niños y las relaciones intrafamiliares. Al desarrollarse los juegos sin riesgos y de manera compartida, los niños prueban de modo positivo sus capacidades y límites
Les da seguridad, porque viven experiencias positivas
Potencia las habilidades sociales y emocionales, dado que la familia es el primer contexto en el que los niños desarrollan una imagen de sí mismos, y del mundo que los rodea
Aumenta su control emocional, al reconocer e interactuar con las emociones de los otros
Fomenta la creatividad y el éxito escolar, ya que se relacionan creativamente con su entorno mas cercano
Favorece la atención, porque incrementa la capacidad de concentración
Potencia la actividad infantil al tratarse de actividades positivas y decanta las sensaciones negativas
Promueve felicidad en ambas partes
Permite trasmitir rutinas, conocimiento, emociones y valores