No es la primera vez que desde TUMINIYO nos declaramos a favor de los campamentos de verano o las colonias. Parte de nuestro equipo vivió esa experiencia en su día y no nos cansamos de recomendarla a padres y madres. Alguna vez hemos aconsejado alguno en concreto.
Y es que las colonias escolares y los campamentos de verano hacen que los niños ganen autonomía en el cuidado de sí mismos y en la gestión de sus emociones, además de fortalecer vínculos con los compañeros de su edad, según ha explicado la psicóloga del centro GRAT, Amalia Gordóvil.
“Cuando el niño se encuentra en un contexto diferente y más relajado, como el que brindan las colonias, muestra otras facetas de su forma de ser, al mismo tiempo que descubre aspectos nuevos de sus compañeros de aula. Y así fortalece las relaciones con los amigos, gracias sobre todo a las muchas actividades de equipo que comparten. Son días para enfrentarse a situaciones nuevas, días de ponerse límites y de ganar autonomía”, ha explicado Gordóvil.
El miedo ante la primera salida de casa
La mayoría de los niños disfrutan de unos días fuera de casa. Pero también hay niños a quienes ir de colonias les causa angustia y miedo por tener que separarse de sus padres. En este caso es básica la actuación de los progenitores. “El secreto es normalizar el miedo y ofrecer seguridad ante la situación”, ha aconsejado la psicóloga.
Si el niño ve que sus padres están tristes y angustiados, “no encontrará la seguridad emocional que necesita para dar un paso más hacia su autonomía”, ha añadido la especialista.
Una vez superada la frustración inicial, los nuevos sentimientos se convertirán en una “inyección para su autoestima”. Además servirán para fortalecer su tolerancia a la frustración. De hecho, muchos padres tienen la sensación de que su hijo se les ha hecho mayor al volver de colonias.
El pedagogo y profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, Segundo Moyano, ha aconsejado que los padres vivan este momento con normalidad. Para ello solo hace falta que recuerden cómo se sentían ellos cuando se iban de colonias.
El especialista ha recomendado que hay que recordar a los niños a qué lugar irán, a cuántas horas estarán de casa, cuántas noches dormirán fuera de casa. “Hay que incentivar su interés“, ha afirmado.
Además, “pueden aprovechar la ocasión para realizar actividades que no pueden llevar a cabo con los niños”, ha añadido la profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación, Montserrat Martínez.
Martínez ha asegurado que es clave motivar a los niños y explicarles que puede ser divertido. “Es necesario hacerlos partícipes de la actividad que llevarán a cabo haciéndoles ayudar a preparar la mochila”.
¿Cuándo pueden empezar los niños a ir de colonias o campamentos?
Para los expertos, no existe una edad idónea. Hay que procurar que los objetivos y los contenidos sean adecuados a las edades de los niños y sus intereses.
Cada niño es diferente, por lo que siempre se debe pensar en la madurez del pequeño. Los cinco y los seis años es una edad en la que el niño ya puede estar preparado para ir.
Que los niños empiecen a ir a una edad temprana les ayuda. Así comparten momentos con compañeros de su edad
FUENTE: Europa Press
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